jueves, marzo 04, 2010

Pasado.

../..”De vuelta a casa
me siento como un banco mojado
que no quiere la gente
y susurro tu nombre despacito.”.../..
Luis Felipe Comendador


La madrugada amaneció gélida. La luz que busca romper las tinieblas abre los ojos legañosos y desentumece los brazos adormecidos. Las luces anaranjadas asemejan satélites indefinidos que viajasen fugaces sobre los cuerpos somnolientos, reflejando su resplandor en el casco del viajero.
Ignora qué tipo de ansiedad le estruja el corazón, qué motivo desconocido hace que surjan pequeñas gotas de lluvia internas y se apene con pesadumbre en el recorrido cotidiano sobre el asfalto. Será el viento traidor que enfría los lagrimales, que deja ateridos los músculos del cuerpo mientras enfila la cuesta de la calle Alcalá (con la falda almidoná y los nardos apoyaos en la cadera)
Sus amigos del kiosco le despachan unos gramos de letras tipográficas para dilucidar las calamidades del día (Buenos días – Buenos días) y el motor trastea con ronquidos intermitentes hasta el destino.


../..”Diluir mi tristeza
en un vino de noche
en el maravilloso cristal de las tinieblas…
Y me digo: ¿a qué hora vendrá el alba?”.../..
Rubén Darío

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