martes, septiembre 28, 2010

Presente.


Tal vez los recuerdos sean esto:
un mercadillo de almonedas
y antigüedades, soportando el tosco sol
de este domingo.
Tal vez, en esos arcones oscuros
de recias bisagras, se escondan los restos
de risas, abrazos y besos
que ya son olvido.

Pero el hombre que observa
y supone, que aún no finge al ensillar
el caballo de la desesperación,
es incapaz de reconocerlo.

Porque ninguna ganzúa tengo
que demuestre la verdad.

(De Un tiempo de adiós)


jueves, septiembre 23, 2010

Pasado.

Debería terminar lo comenzado, aquello escrito que se pega a la retina con la fuerza de la desazón.
A pesar del chaparrón de verdades y sentimientos que ha desecado sus palabras, necesitaría (esa palabra puede que sea exacta) escribir tantas cosas que no habrían suficientes páginas para contener tantos conceptos. Por eso se ha puesto de acuerdo con el pequeño duende de los jueves y comienza a editar sílabas entrelazadas, frase tras frase, párrafo tras párrafo, envolviéndolas en un papel de regalo imaginario que volará por las ondas invisibles de lo remoto.

El teléfono acaba de enmudecer y la tarde suena a hojas cayendo del árbol.


../..”Esta noche sin luna, por ejemplo,
mientras las balas de la vida silban
y en el balcón ondea inútilmente
una bandera blanca.”

Javier Salvago

jueves, septiembre 16, 2010

Presente.

Apenas creí haber empezado
y las páginas se llenan de palabras.
O de pena.
O de dolor.

Quién sabe de qué materia está hecho
lo inamovible.

Quién, de qué, sabrá porqué el tiempo
transcurre tan despacio.
Y porqué esta estación pasajera, con andén sin fin,
no acaba, para poder seguir
viajando en el traqueteo del fututo
.

(De Un tiempo de adiós)

miércoles, septiembre 08, 2010

Pasado.

“Well I´ll keep on moving, moving on
Things are bound to be improving these days
One of these days.” ../..
Jackson Browne

A falta de pocos minutos para acabar un insulso día, Enrique Urquijo va diciendo aquello de: “aunque tú no lo sepas / me he inventado tu nombre...” Se siente como un mueble viejo, como una burbuja que explotase en nada, como un acertijo sin solución o un paradigma irresoluble. Vaga entre las calles gélidas y los pasillos de departamentos cual fantasma de castillo escocés, errático y solitario. Entre paso y paso del segundero, un recuerdo reciente de postradas ideas y perpetuos fotogramas grabados en 8 mm. para el cine de su vida. Está confuso y desorientado, incierto y titubeante, nervioso y alterado, asustado…
En el aire se bambolea una espiga azabache y, desde la perspectiva de sus ojos, los muros de la vida se derrumban soplados por ese mismo viento.
Es un excéntrico: no sabe qué ocurrirá en el futuro, pero ya no quiere andar por las veredas de la existencia disculpándose por sobrevivir, por planchar los arrugados pliegues de sus sentimientos y endomingarlos, por navegar en el filo de horizonte, por beber las últimas gotas de la sangre perdida, por...

jueves, septiembre 02, 2010

Presente.

Pocas palabras para un reencuentro. Apenas unas sílabas que dejaron de adormecer en la mochila del estío, en el bolsillo del pantalón que vestíamos bajo el pinar, bajo las tejas rojas de las casitas de Miraflores, allá por la sierra de Madrid, hace siglos.
Porque todo parece continuar y nada debería, y el tiempo se hace ocre y pesado como la tierra de la montaña tras un aguacero.
Porque sigo escribiendo. Sin remedio.


NADA ES ETERNO

(De ocasiones perdidas los bolsillos llenos.
Rafael Soler)

Vivimos mediante signos.
Intuímos, como errantes pastores del páramo,
los requiebros, la vida y las nubes.

Pero el dolor derrota para hacernos
doblar la testuz de toros ansiando
el descabello.

Y es entonces cuando esos signos
jadean y, como mariposas crucificadas,
nos muestran los inacabados lances,
las viejas asignaturas suspensas,
las camas sin barnizar,
las penas frías servidas sin platos
en manteles de papel.

Porque nada hay más ingrato que el olvido,
nada se sufre más que el desprecio de la muerte
cuando nos soslaya y nos ignora.

Porque nada es eterno
salvo la memoria: estatua viva
de confusas sombras ingobernables.
Ángel de la nostalgia.

(Inédito)