lunes, enero 31, 2011

Presente.

Abrir la puerta y cerrarla.
Encender la luz que borra la oscuridad, esa luz que tarda en prender tanto como ha tardado el día en morir.
Colgar la chaqueta y, con la desgana habitual, despojarse de la ropa.
Ver como el espejo comienza su burla mientras en el pomo de la puerta queda pegado un saludo de hace horas.
Nada nuevo hace distinto el intervalo que acontece si se mira el bonsai deshilachado en hojas secas.
Rebuscar en los cajones un sueño.
Entre los calcetines, una ilusión oculta.
Abrir la puerta.
Y cerrarla.
Un pedacito de rutina queda pegado en la espalda.

8 comentarios:

  1. Joder. una maravilla este texto. Muy muy bueno, si señor.

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  2. Existencialista, "esa luz que tarda en prender" puede salvarnos de la rutina, el mismo río pero con distinta agua es siempre nuestra vida.ç
    Muy bueno.

    Un abrazo

    Jesús

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  3. Me encanta.
    ... pero aunque la vida sea pura rutina, tú sabes vestirla de poesía.

    Un abrazo. Soco

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  4. hola Jose ...mas explícito, que lo real...leí por ahí exitencialismo...es posible,yo digo imaginacion al poder...lejanos sueños existenciales...muy hermoso!
    gracias por compartir,por estar,por escribir
    un gran abrazo,besos
    lidia-la escriba

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  5. Gracias, amigo.
    Siempre son bienvenidos los elogios.
    Un abrazo!

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  6. Siempre cariñoso, Jesús.
    Ahora paso a verte.
    Un abrazo!

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  7. Procuro endulzar (aunque sea con tristezas) la palabra escrita.
    Gracias Socorro por visitarme!

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  8. Aunqu estés lejana, tu presencia siempre se siente.
    Un beso, Lidia!!

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