viernes, diciembre 27, 2013

Letras propias: Fin de trayecto.



FIN DE TRAYECTO

                                             A Encar Díaz González
  
Yo era el cobarde resguardado en la trinchera
que sólo hostigaba por placer,
el mendigo hambriento de carne,
el alcohólico insomne y rebelde.

Pero el placer es un pretexto del tiempo
para no envejecer, una hoja barrida,
un cristal quebrado por el verdugo del deseo.
Lo descubrí una madrugada de sombras
mientras disparaba el último proyectil
hacia mi corazón.

Yo presumí de cegueras, dislates y fracasos
alcanzados en horizontes dispersos,
de nombres desconocidos, de música y poemas,
de ganar, de perder…

Yo era el tren de tu parábola.

Pero ahora no me pidas, amiga,
que este tren siga viajando sin railes,
ni que abra más puertas para crear soledad,
ni que mi amor se apee y busque
ajenas esquinas donde observar nostalgias,
otros arroyos donde beber tristeza (aunque, alguna vez,
te dije que la tristeza se masticaba)
o distintos espacios para mantener los mismos
silencios.

No me lo pidas.

Sé que tu corazón está dividido
para muchas personas.

Y me cuentas que ella tiene su historia.

Pero ahora permíteme que en mi derrota me resguarde,
haciendo tramas de su recuerdo, para no sufrir
la intemperie en una casa con habitaciones
pintadas de inocencia y vacío
y con restos de un perfume francés
impregnado en las retinas.
Ahora permíteme que esta nueva trinchera sea
la patria de ese cobarde agonizante.

Sé de tu corazón dividido.

Y de la historia de ella
(hasta las palabras finales)

Pero, ahora, yo sólo pido tu brazo para aguantar
en pie esta rendición,
para dejar de ser bisectriz
y llegar a ser eterno en mi insignificancia.

                             De Cuadros sin colgar


viernes, diciembre 06, 2013

Letras propias: Puntos suspensivos



Puntos suspensivos


De repente, el insomnio.

El frío que asesina mientras se escribe
bajo la ventisca,
el vaho que enmohece las extremidades
si se galopa en la carretera,
la nada…

De repente, una casa vacía.

Una lavadora encendida
y la ropa sin tender,
marcos desubicados, ceniceros con colillas,
maullidos de nostalgias, futuros
suspensos, gallos cantando en la oscuridad
y monólogos sin respuesta…

De repente, el paisaje cataclismo.

El chasquido del tabaco quemándose,
imperfecciones en los espejos, estómagos
vacíos, pantallas muertas,
enumeraciones concatenadas, tristezas
alternativas, adjetivos cincelados
para criticar veintitrés
versos en huida…

De repente, lágrimas
cayendo de los ojos como el otoño…




martes, noviembre 12, 2013

Letras propias: Intrascendencias.


Ofrecí un paraguas para las nubes llorosas,
un bastón de nenúfares para los rayos,
una barca para el mar dolido,
una armadura de pétalos para la batalla,
un silencio aterciopelado para la fiesta de clausura,
un pedazo de sonrisa para el abrazo clandestino,
un dátil de porcelana para adornar el frutero,
un paseo para rumorear bajo el silencio de los álamos,
un beso contrabandista y asaltante,
un trocito de polvo de estrella arrinconado,
el último estertor de la alegría,
un retal de futuro grapado a un billete hacia la felicidad, 
otra oportunidad a la esquina de las citas,
una muerte a la muerte
y la vida para la vida
(¿nacerá?)

No sé porqué este empeño de mezclar lo imposible con lo posible
si la respuesta duerme bajo las sábanas de lo desconocido
y aún no ha caminado el nuevo tiempo de ojos rasgados
desde el amanecer que rompe miedos antiguos. 

Ofrecí al nuevo día un sueño
y me trajo tu mano.

viernes, octubre 25, 2013

Letras propias: Intrascendencias.


Variaciones sobre el sueño de una mujer.
  
Hoy toca idolatrar a la diosa Pereza (¿es una canción conocida lo que escucho en mi entorno?) con la pasión de los desesperados.
No hay motivo alguno que delimite una funcionalidad o consecución diferente: todo sigue igual y ya es complicado discernir los conceptos.
La vida es demasiado previsible.

Llueve.
Llueve sobre el cristal del coche y sobre el minutero del reloj que me recibe a estas horas.
¡Estas horas!
Estas horas en las que parece que la vigilia se adueña de la racionalidad y todo sigue lejano, silencioso, guardando las apariencias a la rutina, traspasando la distancia, esculpido.

He recordado el sueño que tuviste anoche y he podido sonreír.
No creí ser protagonista de historia alguna y el subconsciente hace que aparezca entre las líneas de tus escenas, sobresaliendo entre las dunas de tus madrugadas.
He podido sonreír mientras tu voz lo relataba.

Discutes y justificas.
Achaco la pesadilla narrada al exceso de alimento durante la cena.
Te escudas en divagaciones.
Ataco tus argumentos mientras vibra el piercing de tu nariz.

Y me propongo escribir algo banal de esta anécdota absurda, con tu voz en la distancia  testificando como si fuera un relleno añadido al pastel del libro que leíste hace unos días: un relleno de distinto sabor y con distinto aroma.

Sigo siendo un artesano de lo pueril, un albañil de lo endeble.
Pero he podido sonreír, agradecido por los instantes regalados.

Ahora ya sabes cual es mi labor en los intervalos perdidos con los que el tiempo me derrota: construir quimeras ante el silencio.

Ya sabes de mi dolor, de mis herramientas.

Pero nunca sabrás quién soy.

martes, octubre 22, 2013

Letras propias: Un tiempo de adiós.



No se porqué tengo
la sensación de que me observas. Ahora
que tu recuerdo es vago y duerme
bajo los soportales de la ausencia,
todo diferido,
intento explicar los compases de esta danza.
  
Soy un bailarín de alquiler
esperando que alguien me contrate.

                    De Un tiempo de adiós.

martes, octubre 08, 2013

Letras propias: Intrascendencias.



../..Digamos, simplemente, que prefiero expresarme con letras a hacerlo con palabras, por una extraña manía que ha ido acrecentándose en el tiempo (y soy demasiado mayor para cambiar)../..

Fueron las primeras frases que escribí, las primeras intrascendencias.
Recuerdo que era el año 2002 (o 2003: sabes que soy un desastre para las fechas) y comenzaba una cascada de escritos cuya única lectora eras tú.
Recuerdo, también, que mi maleta estaba repleta de palabras, de sensaciones, y cargaba con ella por las calles como un vagabundo que llevase su casa a cuestas; sin rumbo ni destino.
Y tú me ayudaste a llevarla.
Fueron días de descubrimientos, de observaciones, de viajes y reencuentros. No existía la distancia y el mundo era un acuario inmenso donde nadábamos entre corales y tiburones.

Lo importante, la magnitud equiparable al infinito, es mostrar el pecho (por dentro, ya que exteriormente más vale taparlo), cerrado durante lustros, al espejo de las palmas de unas manos, y no sentir dolor. Lo importante es que…

Miles de letras que ocuparon un espacio vacío. Como ahora ha quedado vacío el recuerdo de aquellos días de plomo y plata, de incorrecciones, de huidas crepusculares y actos socialmente aceptados.
Si no fuera por lo escrito hubiera olvidado todo, tal y como pude olvidar tantos detalles.
La memoria es un hilo fino que se parte ante el descuido y la dejadez, ante la conservación del raciocinio, anta el posible crujir de la salud mental: un mecanismo de defensa para el dolor.

Bajo los cirros de las nubes, donde lo inalcanzable tiene un nombre y la vida un adjetivo. Más arriba de la pared en la cual escribí mi primer poema con el carbón ennegrecido de una hoguera apagada.
Un poco más arriba

La distancia engendra olvido: no todo el mundo lo sabe. Yo lo descubrí.
El tiempo reposó todo aquello y la vida se convirtió en un bucle que absorbía todo lo que encontraba a su alrededor.

Hasta hoy.
Donde el presente es un agujero negro que socava esta nueva era de incógnitas y preguntas, de incertidumbres y aislamientos
Y el bucle se funde con el caos.
Y mi vida es un tránsito sin meta definida, a mi pesar.

A estas horas de la tarde y con la tristeza a la vuelta de la esquina, relleno el último folio con fachadas nuevas sobre cimientos antiguos

Sé que me escuchas.
Sé que abriste el último libro que escribí y te detuviste en algún pasaje conocido.
Sé que, aunque no sonrías como siempre, tus ojos cerrados atienden los susurros de estos últimos pensamientos que te traslado mientras te observo, dormida, dentro de tu féretro.

Y que me estás preguntando cómo me va la vida, cómo camina mi futuro con esa mujer de la que te hablé la última vez y que me había vuelto a abrir la puerta de la sonrisa, cómo está el pequeño Mario, cómo mis poemas.

No puedo decirte gran cosa: corren tiempos de mudanzas e incomunicaciones.
Y me siento tan inseguro…
Y la única certeza es que ya no podré contarte algún secreto, ningún desenlace.
Nunca fue más ingrata la muerte.
Nunca nadie volverá a nombrarme como me nombraste.

Ahora, como entonces, una cita.
Extensible a la realidad, a lo actual.
Como siempre.

Descansa en paz.

“De tu vida sólo me diste un instante. Tengo la certeza de que, pese al pasado y pese al futuro, en el latido eterno de ese único instante de nuestras vidas, me amas”
            Jeremy Irons en La Caja China 


miércoles, septiembre 25, 2013

Letras propias: Sin título (óleo sobre pena)



SIN TÍTULO (óleo sobre pena)


                                               
                          Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
                          La noche está estrellada y ella no está conmigo.
                                                             Pablo Neruda


Basta un instante para una pérdida,
para  que la caricia abandone los labios
cerrando un ciclo casi inexistente.

Y ahora que los recuerdos son espasmos incontrolados,
que el dolor se atraganta como sangre seca
arañando el miedo por sentir más miedo,
no importa saber qué fue de la verdad
o de las ilusiones que flotaban en la cima de la distancia.

Ahora no importa si falta la respiración
para seguir viviendo desde algún resquicio.
Porque ya no habrá más viernes de baladas
y se ha borrado el seis de septiembre del calendario
ahogándose como un fantasma
que no volviese la vista al futuro.

Falta el sol de las tardes de verano,
el perro brincando sobre los guijarros,
la niña recostada en los brazos clandestinos
y tus ojos quemando mi silueta en las despedidas.

Y el poema que te hizo llorar.

En realidad, no sé por qué te lo dejo escrito.
No sé por qué me empeño en ser enredadera de fotografías,
inquilino de bares y casero de recuerdos,
si me derrumbo con la brisa de un guiño
y espero a la aurora para dormir
sin dormir,
si mi vida ya no depende de mensajes
aunque espero
nuevos mensajes que suenen a futuro,
a gritos de madrugada y latidos callados.

Nunca llevaste tus pasos hacia un camino
llamado perdón. Nunca imaginaste el poder
de la memoria, de lo que nunca se apaga,
amor,
y son ascuas quemando las entrañas.


El dolor, a veces, es exquisito
y nos elige para ser privilegiados comensales.

Y ahora que los días son puntos suspensivos
siguen callados los mensajes de futuro,
mudos,
como restos desolados de los escombros
que viven en el paisaje de nuestro recuerdo.

No sé, en realidad, por qué te escribo este poema
si puede que nunca lo leas desde tu ausencia,
río sin desembocar.

                      De Cuadros sin colgar

                             

miércoles, septiembre 11, 2013

Letras propias: Futuro en gris



FUTURO EN GRIS

Cuando vuelvas de este viaje,
cuando tu corazón bostece y piense
que no hay salida donde existir
y te aburran las aventuras buscadas,
los mensajes rotos
o las fotos desconocidas.

Cuando vuelvas de este viaje
y resbalen verbos en los reflejos
de las materias cotidianas
y los conocimientos sean insomnios
tuyos transmitidos a los míos,
en tanto que la luz mienta
en la permanencia y el pecado.

Cuando vuelvas y el tiempo erróneo
traduzca las palabras que dijiste,
los besos recibidos en lluvias sin pulso
o los guiños de la equivocación,
dormirán, entonces, en el corazón vacío
los cuadros sin colgar que nunca viste,
las escenas y los resúmenes
que plegaban las sábanas
y las partituras escritas.

Nada podrá desprenderme de tu recuerdo,
ni el dolor, ni la penitencia que asimila el olvido,
que emborrona mi desnudez y mi debilidad
con las definiciones del tacto abrasado.

Soy el primogénito hambriento de la pena.

Por eso,
cuando vuelvas de este viaje
dejaré que mis labios digan algo
más allá del sacrificio transcurrido
-que prestó el error de los atardeceres
al polvo de las páginas-
intentando que esta soledad no marchite
el resto del tiempo del vivir sin ti.

Para poder seguir sorteando
estas imágenes que duermen sobre el suelo,
sobre los detalles olvidados
de tu corazón perdido en la distancia.

                                   De Cuadros sin colgar



martes, agosto 20, 2013

Letras propias: Caleidoscopio


CALEIDOSCOPIO

Después de la siguiente curva
un rayo de luz que ciega el asfalto,

Sólo el número infinito de variables
implica la aparición del dolor.

Después de la siguiente curva, un cambio de rasante
en la efeméride de lo sustancial.

Distancia.
Materia difusa equilibrada en kilómetros por hora.
Distancia.
Efeméride en la materia.

La siguiente curva con el número infinito de variables.
La sugestión del dolor en lo sustancial.

Jueves.

La aparición cegada del equilibrio en la distancia.
Un rayo de luz en el punto muerto del dolor.


después de la siguiente curva.

                                         De Cuadros sin colgar


sábado, agosto 17, 2013

Letras ajenas: Mahabharata



Consejos de Krishna a Arjuna

Calor, frío, dolor, placer...
todo brota del contacto sensual, Arjuna.
Empiezan y terminan.
Existen sólo en el momento.
Debes aprender a soportarlos.
El hombre a quien éstos no pueden distraer,
el hombre que se mantiene firme ante el dolor y el placer
es el hombre que logra la serenidad.

Lo falso siempre es falso,
lo verdadero siempre es verdadero.
Los que conocen la verdad lo saben.
Y el ser que impregna todas las cosas es imperecedero.
Nada corrompe al ser imperecedero.

Compara dolor y placer, ganancia y pérdida,
victoria y derrota.
Y lucha.
De esta forma la culpa no existe.
En esto no hay desperdicio de un trabajo a medio hacer,
ni resultados contradictorios.
Una pizca de esto elimina un mundo de temor.
En esto sólo hay auténtica coherencia.
Mientras, los esfuerzos de los confundidos se dividen en
múltiples ramas y se llenan de contradicciones.

Tu deber es trabajar, no cosechar los frutos del trabajo...

El desear engendra el apego,
del apego nace la codicia,
y de la codicia, la ira.
La ira conduce a la confusión
y la confusión mata el poder de la memoria.
Con la destrucción de la memoria
tus elecciones son imposibles
y, cuando la elección moral falta, el hombre se destruye.

La mente es un mono con los sentidos embotados;
destruye el discernimiento como una tormenta agita
las barcas en un lago.


jueves, agosto 08, 2013

LETRAS AJENAS: PACO MORAL



SIN IMPRESIÓN, SIN HUELLA

Nada más que la ausencia de tu dolor me habita.

Y esas marcas oscuras que buscas en mis ojos
delatan la vigilia de las horas sin verte,
la ausencia de tu llama,
los siglos que se pasan sin saber de tu vida.

Sin huella, sin impresión, sin nada
corpóreo a lo que asirme,
te extraño hasta la angustia.

Bastaría una caricia
y el sol que anuncia abril tendría sentido.

                  De Frutas y banderas (Vitruvio 2013)

martes, julio 02, 2013

Letras propias: Figuras en el andén



FIGURAS EN EL ANDÉN

La ausencia es un número inexacto
del volumen que ocupa un cuerpo
en el momento quebrado de la despedida,
bebiendo alcohol en las barras del barrio
o montando detrás del anochecer
con destino a una estación de cercanías.

Nada hay que delimite un desencuentro,
nada hay que no sea una imagen congelada
en el flujo inconstante
de la sensación de tener un todo
sin preguntas extrañas y sin porqués.

Rememorar un adiós
donde la luz ya se arrastra
en el despertar,
donde los sonidos se repiten
con el tañer de los momentos,
y los ojos semicerrados
apartan la bruma que les envela
para reconocer,
o recordar,
las cartas a los Corintios,
los versos de Pessoa
o la ruina aconsejada.

Porque todo huele a sueño
en el frío de esta anochecida
que busca las grietas textiles,
que filtra los fluidos secos y acorchados,
donde nuevamente los espectros,
o el infortunio,
remueven el viento de las catenarias,
el corazón opaco,
le desdicha evanescente.

Y aún no fuera posible en la despedida
la memoria quemada,
el pasado en cicatriz,
el naufragio de la estima,
la desnudez artificiosa:
todo instante derribado
que aún fuera posible
en la pregunta reciente.

Cuando la luz ya se arrastra
bajo la misma oscuridad,
y el descenso
y la contemplación
perfuman los caminos del alma
en el límite de la imprecisa
y encendida
línea del horizonte.

Cuando se abandona un cuerpo
sobre el andén.

                      De Cuadros sin colgar


miércoles, junio 26, 2013

Letras propias: Pincelada a una mujer



PINCELADA A UNA MUJER

A veces escaparás de la nostalgia.

Pero nadie puede vivir
sin melancolía.

O viceversa.

           De Cuadros sin colgar

viernes, junio 14, 2013

Letras propias: Grafiti


GRAFITI

En aquellos tiempos encrestar el espacio hacia el nunca.

Hasta entonces.

Todas las rememoraciones y los juegos sobre las imágenes que penetraban más abajo del sedimento, navegando en la exactitud de las coordenadas erróneas.

La marejada en ese océano de sensaciones: ola, medusa o alga de encaje vistiendo caracolas.

Todas las rememoraciones abarcan este nuevo principio, de deseo agónico,
donde se rozan con las huellas las despedidas cálidas que naufragan en las islas de cualquier sur.

Dibujando con un tizón versos sobre las piedras.

Ahora que los pulmones cicatrizan y la vida se consume a fuego lento
condimentada con trocitos de rabia.

                                        De Cuadros sin colgar

jueves, junio 13, 2013

Letras propias: Luz sin luz



LUZ SIN LUZ

     Alguien sigue hablando.
     Tanto que sus palabras parecen salir, incluso, en labios
     cerrados.

(Yo sólo pienso en el sol de esta tarde,
los escalones de tu patio,
la hiedra en la pared
y mis manos torpes acariciando la albahaca
después de dibujar tu silueta)

     No calla.
     Trina egocéntricamente
     mientras mido su escala de sandeces.

(Yo sólo noto tu boca
besando mi boca,
el tiempo absorto
y el sueño circuncidado,
el deseo apaciguado en los años
que reverbera en nuevos temblores.

Sólo escucho los secretos
de tu vestido sin bolsillos,
el paréntesis de las lágrimas
rodando por las inconsistencias
de los recuerdos,
de lo diverso que deslumbra
mis ojos mientras el sol se escora
en esta resurrección).

    Alguien sigue hablando.
    Define mi autopsia
    filtrando los gestos y las facciones.

(Tu luz se apaga
y me aferro a ella como a un anzuelo
turbio que bailase hacia el fondo
de una caricia sin ruta.
Desplomándome
hacia ti)

              De Cuadros sin colgar 

lunes, junio 03, 2013

Noticias y eventos


Llega la Feria del libro.
Como todos los años.
Y quedan por delante un montón de pasos, un montón de compras y un montón de amigos.

Uno de ellos, mi querido Rafael González Serrano, firmará este miércoles, día 5, de 18,30 h a 21,00 h, en la caseta nº 297 de Librería Tribuna, ejemplares de su último libro Siempre la feria.

He aquí una buena ocasión para pasarse, comprar y saludar.

viernes, mayo 17, 2013

Letras ajenas: Antonio Cubelos Marqués



(ahora)

Aún perdura, tan tuya,
tu estela entre las cosas;
itinerario en zigzag o laberinto:
yo me dejo morir
entre tus redes.

Enigmático, pues, y triste ahora,
esta mirada tuya tan de frente:

mi mordedura mínima
de araña.

                De Julia, agosto, septiembre, Vitruvio 2013

lunes, mayo 06, 2013

Letras propias: Boceto de Mario (acuarela)



BOCETO DE MARIO (ACUARELA)

Que se aparten las nubes de la tierra
y los alfileres del sol se claven
en las palabras vacías del viento.

Que camine la noche en parihuelas
y se dibuje una tenue galaxia
en la cara brillante de la luna.

Que todo lo que se intente decir
sea intangible, dormido o callado
bajo el latido mudo de lo indemne.

Que nada se extinga en la transparencia
ni palpite en el núcleo del olvido.

Que duerman los mitos en el pausado
paisaje de los amantes infieles.

Que la poesía no sea develada
más allá de los límites del sueño.

Que los paraísos calmen su gozo
en el bálsamo frío de los poemas.

Que todo viva y nada.

Y si el desnudo viaje por la vida
consume lo olvidado ante el azufre
de los versos tirados al escombro,
que la eternidad enjuicie al futuro.

Porque nunca la eternidad será
bruma ni laxitud si en ese tiempo,
donde todo estará por llegar,
me cobija la sonrisa de mi hijo.

                        De  Cuadros sin colgar


domingo, abril 28, 2013

Letra ajenas: Federico Leal



Sabes que te seguí desde el inicio del viaje.
La isla salpica destellos circundada por sus aguas
de cardumen metálico bajo sus fondos marinos.
Ningún olor añejo invade mi memoria.
Porque todo se anega en la luz despiadada
de esta ciudad remota y no siempre feliz.

Bajamos la escalinata hasta el único bar habitado;
una escondida atalaya brillando en la esquina del puerto.
Miserias y fragores dejábamos atrás con las pupilas dilatadas.

Camisas desleídas por el salitre oleaginoso
y cuerpos abrasados en la incandescencia del poniente.
Todo desciende rendido a la embriaguez
que como turistas exhibimos.
Todo desciende al paso de tu sombra.
Un barco en la rada prolonga sus luces al estuario
y hace sonar la bocina ahora que te pierdo.
Ahora que la niebla nos sume en su invernal letargo
y es impecable el tacto de la escarcha.

Pactamos en el coche la renuncia:
¿ha de reducirse lo sublime a estos encuentros
donde quince minutos nos gobiernan siempre?
Me indultas porque esto es irrecobrable,
porque es el privilegio del presente:
Inútil retener la suerte con los dados que jugamos
-dices- pero bien sé yo
que otros aires arrecian para apartarte,
que otros dados arrojas muy lejos de mí.

                                    De Toma de tierra, Editorial Polibea 2013

lunes, abril 08, 2013

RECOMPONER: PACO CARO PRESENTA DIARIO DE IMPROVISACIONES

                             Rafael González Serrano, Paco Caro y el autor.

Pocas palabras podrían definir mi agradecimiento a todas las personas que me acompañaron el pasado jueves en la presentación de Diario de improvisaciones (Editorial Celesta). Y sólo una palabra sale de mis labios para definir la presentación que hizo del libro Paco Caro: impresionante (formal y conceptualmente)

Para aquellos que estuvisteis y para los que no pudisteis asistir, os adjunto dicha presentación.

Una deliciosa maravilla: gracias, amigo!!


Recomponer
  
Presentación de Diario de improvisaciones, de José Luis Nieto Aranda, Editorial Celesta. Edificio Mapfre. 4 de abril de 2013,

 En alguno de aquellos jueves florentinos del siglo XIV, en aquellas horas primeras de la tarde, cuenta Massimo Novello que Boccaccio de Certaldo  les dijo que el trabajo del poeta semeja al de un arqueólogo, ya que el libro de la vida fue destruido por los dioses en multitud de pedazos, que fue Hermes el encargado de repartir los fragmentos (aprovechando vendavales) por caminos y arroyos, por bosques y marinas; que desde entonces los hombres intentan recopilar retazos, palabras, con que reconstruirlo. Que algunos no cesan en esa labor, y se llaman a sí mismos, o son llamados, poetas, y que a pesar que cada pieza significa algo distinto para cada uno de ellos, en ocasiones parecen encontrar sentido a lo que con afán recomponen y a eso le llaman verdad, o le llaman belleza, o le llaman poemas. Tal es la maravilla, tal la imposible e inalcanzable tarea que los dioses dejaron, nos dejaron, y que ha encandilado y encandila a gentes de cualquier latitud.

También sucede que en estas tardes madrileñas de principios del siglo XXI, hay gentes que siguen la tarea, bien bajo el olivo sacro, bien a través de los cristales que doman las oficinas. Y como esa búsqueda no está exenta de dificultades, o de extravíos, deciden anotar en papeles electrónicos los miedos, los obstáculos, las contradicciones de tal búsqueda. Y optan por hacerlo público, por contarlo a los demás. O sea, fijar las cuartillas con chinchetas a la pantalla universal que es un blog. Tal es el caso de José Luis Nieto Aranda, poeta a tiempo real, compañero de búsquedas, quiero decir rastreador de sorpresas y emociones, reconstructor. José Luis mantiene, como bien sabéis, abierto a nuestros ojos un mural con el título de Diario de improvisaciones. Dietario íntimo, casi diario. ¿Dietario? ¿diario? No es el caso detenernos en las escolásticas diferencias entre ambos términos. Y que, por si a alguien le interesa, se refieren a la influencia que las provocaciones exteriores tienen en su génesis, al origen de los textos y a su voluntad de publicidad. Llámese como se llame. Dietario o Diario, digamos pronto que José Luis, cuando lo escribe, escribe de él, de su persona, escribe porque le es necesario, y escribe de poesía.

Escribir poesía significa cruzar los bosques, no temer a las fieras, que dijo el de Yepes,  sentir, imaginar rincones en esquinas, nubes tras cada nube… caminar desde lo concreto a lo abstracto cada mañana, y cada tarde regresar por la inducción hacia la exactitud que nos duele. Andar pausadamente el filo y la humildad de lo no hallado. Así ha logrado José Luis reconstruir poemas, atendiendo a los síntomas que muestra la realidad, su realidad. No para curar, no para informar, no para lograr comprender lo que le pasa sino para hablar con aquello que le ocurre y jamás le abandona. En esta labor se sabe frágil, en sabida deriva, un pequeño objeto de cristal entre urbanas multitudes. Tal vez por eso decidió un 22 de mayo de 2009 refundarse en ese alter ego que llama Boris Lubernieff.

José Luis ha querido fijar en el texto que abre el libro el retrato de Boris Lubernieff, su retrato, un retrato expresionista a la manera de  Kirchner
o  Kokoschka, paisaje de trazos fuertes, distorsionados, certeros, de forzados colores y con la luz desierta. Luego en los siguientes textos del libro que nos ocupa, que hoy presentamos, nos ofrece el escenario sentimental que guarda, ilumina y protege su intención. Dicen que además del lenguaje, son el paisaje y el hombre quienes hacen al poeta.  Y su curiosidad intelectual. Quienes esto afirman pueden tomar a Diario de improvisaciones como paradigma para la defensa de tal afirmación. Con su lectura he recordado los versos de otro José Luis, de José Luis Hidalgo  “Soy el poeta. Me pregunto:/¿qué es lo que anoche sentí arder” Porque creo que es lo mismo que debe haberse preguntado el hombre llamado José Luis Nieto antes de cada entrega. Textos que no pueden haber sido escrito sin esa tensión existencial, sin esos desasosiegos que aspiran -tras haberse visto fuego, turbia caniza- a su reconstrucción para poder ser reconocidos. Una hora, un viaje, un lugar, una acción, ellos, la soledad, una fotografía, la certeza segura de la noche, la presentida ruptura, inexplicada,... el rostro niño de una hija, un temblor en la mano de la madre. Cualquier sensación, cualquier destello, abre cualquiera o todas las posibilidades a su voz.  Voz de vientre que no es sino advertencia.

Advierte A. Céspedes que no se debe salir de la poesía indemne, estoy con él, pero leyendo este Diario de improvisaciones puedo decir que no es posible entrar en ella sin saber del daño. ¿Qué impoluto, qué estéril, puede crear auténtica poesía? Tal vez ni siquiera sea posible transitarla sin haber sido sacudido antes por todo aquello que la vida tiene de hija de la gran puta, por todo lo que tiene de señuelo, de canción de sirena, de mazo y látigo, de río de misterios que nos incita a contar mientras escépticamente se vadea.

José Luis Nieto intuye: Boris, su heterónimo, sabe todo esto. Desde tiempo. Y por eso espera en todo cuanto tiene el día de himno o de afán agresor, de excitación salvaje o vituperio, de bandera rizada o de abandono. Y advierte que cada instante de vida hallado está teñido de futura inquietud, de la posibilidad de que tal situación carezca de firmeza y que lo construido sobre ello sea la profecía de otro derrumbe. Y es entonces cuando cuenta. Cuenta con un discurso riguroso, duro, casi siempre teñido por el color indestructible de la tristeza. Una tristeza en estado puro. Ni melancólica ni desesperanzada. En el exacto grado de destilación. Una tristeza que es siempre refugio invulnerable. Coraza y método. Verdad. Una forma decidida de conciencia que busca compresión. Y desde ella alza su poema, ahora, en esta ocasión, libre de la esclavitud del renglón segmentado, libre de una atadura que en ocasiones procura cierta tirantez al decir. Aquí todo fluye sin amo. La tinta es dueña de su cauce y rodea a la elipsis, su figura preferida, con la misma naturalidad y el mismo albedrío con que el agua recorre ahora mi llanura manchega.

Apenas acude a la descripción de lo externo, salvo lo imprescindible para que podamos identificar cada fragmento del libro de los dioses que le ocupa. Luego, cada reconstrucción es un tanteo. Una oferta al Boris que mira por la ventana. Y lee y exige. O lee y tutea. Cada texto es un oferta y un desafío al que lee con él -es peligroso leerse a sí mismo-, al que sube a diario en su moto, al que ama y es norte, al que duda, al joven que se recuerda feliz y entero, al que bebe y provoca, al provocado, al que invierte efecto y causa, causa con efecto, y sabe que es indiferente en ocasiones. Y porque toda definición es un intento de establecer límites, de excluir, de parcelar, en los monólogos público-privados de este Diario de improvisaciones definirse es asunto que descansa en la suma de las emociones. Léanlo al azar, léanlo de forma continuada, como deseen, pero, lectores activos, como son los lectores de poesía, pronto aceptarán que el paisaje está trazado, que tiene más de poliedro irregular que de esfera, y que cada poema es una digresión independiente, aunque sean parte de un mismo haz. Y el haz no es sino el lento recorrido por un intenso territorio interior. Un deambular que busca puerto, solaz, descanso en la posada.

José Luis, y el lector avisado, saben de lo incierto que resultan los rumbos en parajes desolados, saben de la fragilidad de los hitos y de la ambigüedad de las señales. Porque la vida, como la poesía, no son realidades manejables. Vivir, escribir son dos verbos impuestos a cuchillo. Significan rastrear, reconstruir. Rastrearnos, reconstruirnos. Lo último que vivo es escribir, dicen que dijo Boris a José Luis para finalizar Rastros perdidos, su anterior libro. Aquí y ahora, 4 de abril, en este nuevo libro, José Luis mantiene la misma oferta, la que nos ha hecho durante años en su ventana virtual. La que nos hace ahora: depurada, seleccionada, concentrada en papel, en libro fulminante. Lo último que vivo es escribir.

Digamos, para finalizar, que el poeta ha publicado con anterioridad dos poemarios Un tiempo de adiós y Rastros perdidos y tiene otro pendiente y próximo: Cuadros sin colgar, del cual viene dando ligeras pistas. Pero ahora, Celesta, la joven editorial que dirige y mantiene Rafael González Serrano, ha hecho apuesta por este Diario de improvisaciones, del que advierte, en nota de editor, que no debe ser tildado de esa cosa ¿meliflua? que ha convenido en llamarse prosa poética. Habrán visto ustedes que no lo he hecho. Y no hay en ello pasiva obediencia. La verdadera razón es que he leído lo que el editor entiende por poesía, y créanme que algo sabe de esto, lean si no los estudios sobre poetas foráneos que vierte en De turbio en claro, su blog.  Si miran la contracubierta encontrarán que para el editor es poesía todo aquello expresado con nervio, hondura, agudeza y un lenguaje iluminado y fronterizo.  Oyéndonos, ¿estaría contento esta tarde de abril Boccaccio de Certaldo mi maestro, al que nombré al comenzar? Un Boccaccio que, eso sí, me advertiría  de la necesidad, como hago, de darles a ambos las gracias por haberme permitido la alegría de estar, de contar.  Vale.   


miércoles, marzo 13, 2013

Letras propias: Impostura poética



IMPOSTURA POÉTICA

                                            El acero de las calles templa mi alma.
                                                              José Miguel Campos

Nada tan cercano y diferente
que la lluvia contraria que aviva la transparencia,
el principio de la estrofa,
la multiplicidad del todo
en la sangre del reflejo.

Una pertenencia irrepetible
en la inconsistencia de los registros,
en los escombros y los residuos
de cada página.

Nada tan figurado
que el silencio del horizonte
y sus significados escritos: hielo
manifestado en la superficie
donde resbalan los propósitos
y las sílabas conscientes.

Nada como el vacío,
los elementos
o el acero que templa la figuración:
esa extensión distinta que abarca
desde los párpados
al nuevo continente de luz
que crea
el poema.

                          de Cuadros sin colgar

domingo, marzo 03, 2013

Letras ajenas: Paloma Corrales


ESTE POEMA

en el andén más triste, un pensamiento,
casi un soplo,
un murmullo de trenes que se duelen
con un frío de cordones desatados

(escribo con asombro letra y cauce,
cauce y sangre,
palabra, invierno y látigo
y sigo sin saber qué es poesía),

en el andén sin nombre, como una prisa rota,
te espero y ya te has ido,
sin embargo
adopto una ternura de paraguas
para llorar la nada
                          y todos sus paréntesis,

en el andén más triste
concluyo este poema que avanza soledades.

                             De Poesía (Hazversidades poéticas)


jueves, febrero 21, 2013

Letras propias: Bocetos de palabras enviadas


BOCETOS DE PALABRAS ENVIADAS

Déjame un mensaje en el horizonte.
Una excusa para quemar el punto de nuestra referencia y purificar cualquier tipo de remordimiento.
Que la memoria no seque la página en blanco, la pantalla, el símbolo de olvido que crea tu distancia.
Déjame la liviandad de la incertidumbre. El no saber si tu ausencia es un éxodo voluntario del territorio que dominas.

                                Donde no estoy yo.

Donde no entra nadie más que la materia de tus miradas vertidas en lo múltiple, en lo caleidoscópico, en los ángulos de tus vivencias.
Donde viven las confusiones de tus registros: hoy abrazas y mañana ignoras.

                                (¿Qué quieres tú?)

En el fluido de tus realidades la mecánica de mis ensoñaciones.

                                Déjame.

Un mensaje en el horizonte, en la noche obediente que absorbe tu desorden.

                                ¿Dónde?

No estoy yo.

                                              De Cuadros sin colgar,


sábado, febrero 16, 2013

Letras ajenas: Ana Ares



Si queda alguna luz detrás de las cortinas.
Si un remoto presente de lucidez me habita,
eres tú quien lo guarda.

Amárrame con fuerza, con la tuya,
-me llevarán las olas...-
para que no consuma los restos de esa luz.

La última distancia
entre la nada y yo
eres tú.

          De 55 minutos

jueves, febrero 07, 2013

Letras propias: Intrascendencias


Y empapados de agua y luna
Enlazados cuerpo a cuerpo
Recorrimos las espumas
Hasta el fin del universo.
                 L. E. Aute

Las transparencias en la pared.
La jaula del corazón y la tinta que le hace cantar.
En la lista definitiva un punto y aparte de los filtros no vividos, un paréntesis escapado que asfixia el proceso del reparto futuro, la cesta llena de momentos maduros para su mercadeo.
El proyector que mueve las figuras, títeres inalámbricos, guiñoles que abofetean discriminaciones, ectoplasmas desollados que conspiran en habitaciones llenas de cajas.
Nada establecido en las espumas, en los manantiales que se desbordan sobre las manos curiosas, en las piernas desnudas y los labios adheridos.
El universo es una calle desconocida detrás de unos cristales empañados.
Y una mujer hermosa sin estrellas.


jueves, enero 24, 2013

Letras propias: Tea o´clock




TEA O´CLOCK

Déjame tomar este último sorbo mientras noto disolverse el azúcar de tus ojos.
La tarde es fría y nos resguardamos de la rutina con las manos entrelazadas.
La tarde es nueva, como este abandonarse que entrechoca nuestros labios y devasta nuestras situaciones.

En el entorno emerge el pasado. Para no repetirlo habrá que inventar remotas lunas inexploradas, océanos desconocidos donde navegar en el misterio del comienzo, donde descubrir los recodos de cada piel, los acantilados de cada cuerpo.

Déjame que apure la última imagen de tu sombra, que inhale el rastro de tu brisa, que sorba las breves gotas tenues de tus dedos.
En el entorno, la cima de la ciudad, el poso de las verdades, el hechizo de la predicción más anhelada.

Ahora que el tiempo se mide en tic-tac de códigos de barras que pasan por las manos de las cajeras de supermercados.
Ahora que cada día que transcurre soy menos certeza y más incertidumbre.
Ahora que el mañana roza las mejillas con el rubor del miedo,
sólo quiero estar ahí para amanecerte.

Pleno de ti.

                       De Cuadros sin colgar


jueves, enero 03, 2013

Letras propias: Marzo marchito



MARZO MARCHITO

Días de vino sin rosas,
espinas que no vuelven
a elevarse en el viento,
gritos de resaca y magia
orgullosa, enmudecida
por el dolor de la decepción.

Sin rastro de las canciones
ni de las batallas
en las guerras perdidas.
Anécdotas, pétalos, nubes...
protagonistas impronunciables
de tanta caducidad.

Hoy, días de vino
sin rosas,
espero
en la esquina de la vida
un sentimiento
para atracarlo.

                           De Cuadros sin colgar