TEA O´CLOCK
Déjame tomar este último sorbo mientras noto disolverse el azúcar de tus ojos.
La tarde es fría y nos resguardamos de la rutina con las manos entrelazadas.
La tarde es nueva, como este abandonarse que entrechoca nuestros labios y devasta nuestras situaciones.
En el entorno emerge el pasado. Para no repetirlo habrá que inventar remotas lunas inexploradas, océanos desconocidos donde navegar en el misterio del comienzo, donde descubrir los recodos de cada piel, los acantilados de cada cuerpo.
Déjame que apure la última imagen de tu sombra, que inhale el rastro de tu brisa, que sorba las breves gotas tenues de tus dedos.
En el entorno, la cima de la ciudad, el poso de las verdades, el hechizo de la predicción más anhelada.
Ahora que el tiempo se mide en tic-tac de códigos de barras que pasan por las manos de las cajeras de supermercados.
Ahora que cada día que transcurre soy menos certeza y más incertidumbre.
Ahora que el mañana roza las mejillas con el rubor del miedo,
sólo quiero estar ahí para amanecerte.
Pleno de ti.
De Cuadros sin colgar