Pasado.
Se dice que es un psicólogo de andar por casa: eso es lo que daba a entender aquel artículo de la revista en la que no había resquicios a la duda. Nada más lejos de su intención que procurar hacer traslúcidos los pensamientos o los sentimientos (¡mira que le gustaría!) de las cosas poco evidentes. Puede que la tristeza ocasional y la insatisfacción alterna sean dos de ellas y no sabe hasta qué punto sus comentarios acerca de lo que percibe pueden, o no, influir o dejar indiferente a los fantasmas de la lejanía.
Miedo. Percibe miedo desde la distancia de la montaña. Y es que nunca ha tenido vocación de Mesías o de iluminado (¡se conocen tanto sus defectos!) y lo único que le queda, como dice Blas de Otero, es la palabra. Porque de todo aquello que no posee es lo que ha podido adoptar, el maravilloso don que ha podido adquirir con el paso del tiempo. Muchas otras cosas han sido, son y serán imposibles de conseguir.
Por lo demás…nunca hay que fiarse de un psicólogo de pacotilla: más vale actuar según los dictados de la conciencia o del corazón.
“Un instante vacío
de acción puede poblarse solamente
de nostalgia o de vino.” ../..
José Hierro
De los siete pecados capitales quizá la soberbia sea el más deleznable. Reconoce estar un poco cansado de posturas altivas y razonamientos unidireccionales, de la posesión de la verdad y del conocimiento, de las palabras dolientes y agresoras. Del otro lado del espejo alguien le dice que no es él, que ha cambiado. Puede que quien diga todo esto tenga la razón y él esté equivocado, que su vida entera sea una equivocación, una pesadilla, un lastre descomunal que arrastra los renaceres a las simas ennegrecidas de la locura.
Puede que haya estado convencido de que todo lo que ha hecho ha sido lo correcto y se haya engañado a si mismo y, lo que es peor, haya engañado a algún espíritu ausente y lejano con serios convencimientos acerca de los temores. Toda ausencia o presencia es tan virtual como la capacidad de ensoñación y remembranza.
A veces no tiene palabras para decir……
..”apoyado en un buzón de correos y bajo la tenue luz de una vieja farola,
en la penumbra de la noche, creo mi propio universo de grandeza.”
Luis Felipe Muñoz
../.. “Nos separa una vida de color del desierto
Nos espera una historia de sollozos y gozos
Ya me ves ya me oyes nos estamos amando
Nunca están separados los lejanos lejanos.” .../..
Carlos E. De Ory
martes, julio 28, 2009
viernes, julio 24, 2009
Pasado.
Desde la ventana medio abierta llega un olor a cemento mojado, a quincalla y a Nazareno. Esta noche deben redoblar las procesiones de las ánimas destrozadas, arrastrando las gruesas cadenas de sus tobillos por los misterios huérfanos de pisadas. Esta noche se hacen planes para dejar todo lo atado bien suelto y allá cada cual con su conciencia que la suya la perdió en las oscuras esquinas de los escondidos edificios que entornaban los ojos y cuchicheaban al ver sus pasos huidizos y expectantes.
Otro piano, otro violín y otro saxo. Suelen ser los mismos pero siempre asemejan otros, como el tiempo o la vida: la misma agua insalobre y los tragos de cada momento que ahogan las gargantas en la quinta esencia del ansia que parece distinta sin serlo. No tiene, no tiene…Negación. Apoplejía resquebrajada de las cuerdas de una guitarra, tendones de dolor partidos por unos compases que suenan a lo de siempre, dientes negros en las teclas del piano, vida loca que repite la canción que se repite en todo momento.
No tiene, no tiene…más fuerzas para volar tras las cometas sin un hilo que le sujete a la tierra; no tiene más ilusiones para reabrir la caja de Pandora que yace vacía desde hace tiempo sobre las rodillas; no tiene ya los días que se escoran sobre los arrecifes brutales de las buenas palabras y las malas ausencias; no tiene más ganas de ver doblar el rostro hacia el suelo o taparse la cara con un manto de disimulo para evitar la desidia de ser visto.
Acurrucado el miedo sobre el volante, la infamia acusadora medida en kilómetros por hora cuando el movimiento está parado y son otros los que se dirigen al punto mutuo del encuentro. El rostro cabizbajo, oculto tras las manos, como si distraídamente pasara por aquí y esto no es lo que parece. Todo es mentira, las afirmaciones y las negaciones. Él mismo es una mentira y toca cada fibra de su embuste esperando que alguna certeza le escupa o le encorajine para conseguir aquel fin para el que nunca fue preparado. Función baladí la que tocó representar con sus malos diálogos y peores fundamentos. Pura mentira para sí mismo, que es otro; el otro que colabora con el Fondo Solidario Fortuna (0,7% para el tercer mundo) sin solidarizarse consigo mismo. Anatema. Cada obra de caridad empieza por uno mismo. Falacias. Irrealidades que alguna vez creyó tangibles (incluso pudo demostrar su densidad) pero que al llegar al punto de ebullición se evaporan como vapor de sueño. Y cambiar la sílaba científica para trocar “ebullición” en “crítico” y acobardar a los cobardes y espolear a los héroes que consiguen una honrosa retirada.
Con el rostro entre las manos. Avergonzado de lo socialmente incorrecto porque “yo sé que ellos me conocen y quiero seguir guardando en un joyero gigante un broche de amatista llamado forma, una gasa dormida llamada sentimiento y un tu-y-yo con cenefas que se oculta en el cesto de la ropa sucia o se cuelga en la buhardilla de las camisetas usadas”. Hundamos mutuamente el rostro entre las callejuelas.
Esta noche se hacen planes para dejar todo lo atado bien suelto porque otra piedra más rompe las costillas y el agua insalobre (¿o será insalubre?) no se puede beber. No tiene negación, ni afirma nada. Ha perdido su último criterio en la subjetividad de las apreciaciones. La vida en technicolor es sólo una película y empieza a estar cansado de saberse su argumento. “As time goes by”….
“Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.” ../..
Blas de Otero
Desde la ventana medio abierta llega un olor a cemento mojado, a quincalla y a Nazareno. Esta noche deben redoblar las procesiones de las ánimas destrozadas, arrastrando las gruesas cadenas de sus tobillos por los misterios huérfanos de pisadas. Esta noche se hacen planes para dejar todo lo atado bien suelto y allá cada cual con su conciencia que la suya la perdió en las oscuras esquinas de los escondidos edificios que entornaban los ojos y cuchicheaban al ver sus pasos huidizos y expectantes.
Otro piano, otro violín y otro saxo. Suelen ser los mismos pero siempre asemejan otros, como el tiempo o la vida: la misma agua insalobre y los tragos de cada momento que ahogan las gargantas en la quinta esencia del ansia que parece distinta sin serlo. No tiene, no tiene…Negación. Apoplejía resquebrajada de las cuerdas de una guitarra, tendones de dolor partidos por unos compases que suenan a lo de siempre, dientes negros en las teclas del piano, vida loca que repite la canción que se repite en todo momento.
No tiene, no tiene…más fuerzas para volar tras las cometas sin un hilo que le sujete a la tierra; no tiene más ilusiones para reabrir la caja de Pandora que yace vacía desde hace tiempo sobre las rodillas; no tiene ya los días que se escoran sobre los arrecifes brutales de las buenas palabras y las malas ausencias; no tiene más ganas de ver doblar el rostro hacia el suelo o taparse la cara con un manto de disimulo para evitar la desidia de ser visto.
Acurrucado el miedo sobre el volante, la infamia acusadora medida en kilómetros por hora cuando el movimiento está parado y son otros los que se dirigen al punto mutuo del encuentro. El rostro cabizbajo, oculto tras las manos, como si distraídamente pasara por aquí y esto no es lo que parece. Todo es mentira, las afirmaciones y las negaciones. Él mismo es una mentira y toca cada fibra de su embuste esperando que alguna certeza le escupa o le encorajine para conseguir aquel fin para el que nunca fue preparado. Función baladí la que tocó representar con sus malos diálogos y peores fundamentos. Pura mentira para sí mismo, que es otro; el otro que colabora con el Fondo Solidario Fortuna (0,7% para el tercer mundo) sin solidarizarse consigo mismo. Anatema. Cada obra de caridad empieza por uno mismo. Falacias. Irrealidades que alguna vez creyó tangibles (incluso pudo demostrar su densidad) pero que al llegar al punto de ebullición se evaporan como vapor de sueño. Y cambiar la sílaba científica para trocar “ebullición” en “crítico” y acobardar a los cobardes y espolear a los héroes que consiguen una honrosa retirada.
Con el rostro entre las manos. Avergonzado de lo socialmente incorrecto porque “yo sé que ellos me conocen y quiero seguir guardando en un joyero gigante un broche de amatista llamado forma, una gasa dormida llamada sentimiento y un tu-y-yo con cenefas que se oculta en el cesto de la ropa sucia o se cuelga en la buhardilla de las camisetas usadas”. Hundamos mutuamente el rostro entre las callejuelas.
Esta noche se hacen planes para dejar todo lo atado bien suelto porque otra piedra más rompe las costillas y el agua insalobre (¿o será insalubre?) no se puede beber. No tiene negación, ni afirma nada. Ha perdido su último criterio en la subjetividad de las apreciaciones. La vida en technicolor es sólo una película y empieza a estar cansado de saberse su argumento. “As time goes by”….
“Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.” ../..
Blas de Otero
jueves, julio 16, 2009
Presente.
Curioseo por esos caminos literarios de los blogs amigos.
Me gusta ver como Marta Rubio (esa bondad andante) es fiel a su cita casi diaria en sus Enredos de luz: citas y poemas de dulce sensibilidad adornan las páginas amarillas de su espacio, acompañadas por las fantásticas fotografías de Juan Antonio Flores, compañero de fatigas, sílabas e imágenes.
Leo las noticias de Antonio Daganzo en su Sinfonía de las palabras, su exquisito gusto para la música y sus letras, propias o ajenas, acopladas en cada momento. Rivas tiene un buen representante.
Me sorprendo (con todo mi agradecimiento) de la acertada crítica que da a mi libro Rafael González Serrano en su De turbio en claro. Reitero mi impaciente espera por el próximo nacimiento de Insistir en la noche, que aparecerá en Vitruvio y del que ya comentará algo cuando lo lea completamente.
Observo, curioso, la hibernación vacacional del blog de mi amigo Julio Más: referente ecléctico, sutil e intelectual del panorama poético madrileño. A ver cuándo vuelves a informarnos, Julio.
Navego sin lancha por los confines de multitud de páginas y poemas. El mundo virtual es muy curioso, como todos aquellos lectores que se posan en nuestras páginas de ilusiones para leer los sentimientos que reflejamos en la escritura.
Gracias a ellos.
Y gracias a vosotros, amigos literatos, por conseguir atraer los sentidos de las cuerpos viajeros.
Curioseo por esos caminos literarios de los blogs amigos.
Me gusta ver como Marta Rubio (esa bondad andante) es fiel a su cita casi diaria en sus Enredos de luz: citas y poemas de dulce sensibilidad adornan las páginas amarillas de su espacio, acompañadas por las fantásticas fotografías de Juan Antonio Flores, compañero de fatigas, sílabas e imágenes.
Leo las noticias de Antonio Daganzo en su Sinfonía de las palabras, su exquisito gusto para la música y sus letras, propias o ajenas, acopladas en cada momento. Rivas tiene un buen representante.
Me sorprendo (con todo mi agradecimiento) de la acertada crítica que da a mi libro Rafael González Serrano en su De turbio en claro. Reitero mi impaciente espera por el próximo nacimiento de Insistir en la noche, que aparecerá en Vitruvio y del que ya comentará algo cuando lo lea completamente.
Observo, curioso, la hibernación vacacional del blog de mi amigo Julio Más: referente ecléctico, sutil e intelectual del panorama poético madrileño. A ver cuándo vuelves a informarnos, Julio.
Navego sin lancha por los confines de multitud de páginas y poemas. El mundo virtual es muy curioso, como todos aquellos lectores que se posan en nuestras páginas de ilusiones para leer los sentimientos que reflejamos en la escritura.
Gracias a ellos.
Y gracias a vosotros, amigos literatos, por conseguir atraer los sentidos de las cuerpos viajeros.
lunes, julio 13, 2009
Pasado.
Se va acercando el verano. Los días se dilatan y la noche se hace perezosa para aparecer. Gente, gente, gente….
En Las Vistillas fluye un río de personas que observan, escuchan, ríen, charlan, y tantean, palmo a palmo, al empuje de los cuerpos que se entrechocan. Bailén, Mayor, Sol, La Cruz… va haciendo un paseo insondable por las profundidades de los festejos a unos metros más adelante que el grupo. Gira su cabeza a derecha e izquierda, otea, sonríe recordando ciertos momentos e imagina que ese vacío que ocupa su lado diestro se transforma en una mano sujetando los sueños por una acera cualquiera. Canturrea y coloco la visera de su gorra americana, buena disimuladora de calvicies. Susurra un nombre….
Y vuelve a la conclusión repetida: todo tiene un nombre propio. Pero ya son cerca de las nueve y no ha anochecido aún. La noche y él son una pareja perezosa.
“La alta noche borra
mis huellas.
En la embriaguez soy
eterno.”
José María Álvarez
Alguien que pasa a su lado lleva un perfume conocido. Entre los caminos polvorientos surgen amaneceres de rosas y besos, explosiones infinitas de fuego de artificio que iluminan su rostro, su cigarrillo y el resto de whisky que aún sostiene entre sus manos. Un abrazo, un saludo bajo la música estridente, tres palillos rotos con una escopeta de perdigones y varias caídas de un toro mecánico al alimón con desconocidos: pequeñas sensaciones rezumantes para no conseguir un olvido. Entre los caminos polvorientos surgen aguas del pequeño lago que reflejan las estrellas, oscuras sendas desconocidas llenas de misterio, notas de música lánguida que me despiden en la lejanía, orquídeas imposibles, dragones, niñas perdidas…¡Peter Pan debe de andar cerca!
../..”Porque por ti yo he sido, yo soy música,
ritmo veloz, cadencia lenta, brisa
de los juncos, vocablo de la mar, estribillo
de las simples cigarras populares.
Porque por ti soy tú y seré por ti sólo
lo que fuiste y serás para siempre en el tiempo.”
Rafael Alberti
../..”Atrás
quedó una cuneta donde se desgajan
las costillas de algún can peregrino”.
Boris Lubernieff
Se va acercando el verano. Los días se dilatan y la noche se hace perezosa para aparecer. Gente, gente, gente….
En Las Vistillas fluye un río de personas que observan, escuchan, ríen, charlan, y tantean, palmo a palmo, al empuje de los cuerpos que se entrechocan. Bailén, Mayor, Sol, La Cruz… va haciendo un paseo insondable por las profundidades de los festejos a unos metros más adelante que el grupo. Gira su cabeza a derecha e izquierda, otea, sonríe recordando ciertos momentos e imagina que ese vacío que ocupa su lado diestro se transforma en una mano sujetando los sueños por una acera cualquiera. Canturrea y coloco la visera de su gorra americana, buena disimuladora de calvicies. Susurra un nombre….
Y vuelve a la conclusión repetida: todo tiene un nombre propio. Pero ya son cerca de las nueve y no ha anochecido aún. La noche y él son una pareja perezosa.
“La alta noche borra
mis huellas.
En la embriaguez soy
eterno.”
José María Álvarez
Alguien que pasa a su lado lleva un perfume conocido. Entre los caminos polvorientos surgen amaneceres de rosas y besos, explosiones infinitas de fuego de artificio que iluminan su rostro, su cigarrillo y el resto de whisky que aún sostiene entre sus manos. Un abrazo, un saludo bajo la música estridente, tres palillos rotos con una escopeta de perdigones y varias caídas de un toro mecánico al alimón con desconocidos: pequeñas sensaciones rezumantes para no conseguir un olvido. Entre los caminos polvorientos surgen aguas del pequeño lago que reflejan las estrellas, oscuras sendas desconocidas llenas de misterio, notas de música lánguida que me despiden en la lejanía, orquídeas imposibles, dragones, niñas perdidas…¡Peter Pan debe de andar cerca!
../..”Porque por ti yo he sido, yo soy música,
ritmo veloz, cadencia lenta, brisa
de los juncos, vocablo de la mar, estribillo
de las simples cigarras populares.
Porque por ti soy tú y seré por ti sólo
lo que fuiste y serás para siempre en el tiempo.”
Rafael Alberti
../..”Atrás
quedó una cuneta donde se desgajan
las costillas de algún can peregrino”.
Boris Lubernieff
lunes, julio 06, 2009
Presente.
Hace unas semanas, Rafael González Serrano me envió sus dos libros publicados en Vitruvio (Presencias figuradas publicado en 2006 y Manual de fingimientos publicado en 2008) porque, a pesar de haber compartido bastantes tardes de presentaciones y poesía con él, desconocía totalmente el tono de su obra.
Es Rafael González Serrano una persona silenciosa, con cierto punto de timidez y presencia callada. No es extraño que esas caracaterísticas impregnen sus versos: poesía intimista, dolorosa, de amores y desengaños, de lectura densa (no apta para cualquier paladar) y pausada.
Para quien lo desee, rescato una versos de Presencias figuradas :
Porque siempre serás
la ausente palabra
de una voz impronunciable. ../..
.../... Nunca seré el nombre que prenderás
en tu talle, jamás una caricia
que recordar cuando te resuelvas en polvo. .../...
.../... Por estar contigo, si,
sería capaz hasta de olvidarte.
.../... Por eso desde aquí aún aguardo
como quien espera todo,
como quien confía en auroras.
Personalmente creo que Presencias figuradas es un libro más auténtico, más Rafaeliano, que Manual de fingimientos. La esencia de lo no hollado es la más real y siempre un primer libro tiene esa esencia. Es Manual de fingimientos un libro más trabajado, más construido, más buscado: un libro de reválida que, con puntos comunes, difiere del primero en otros.
.../... Así son los estímulos del espejismo:
ilusión azóguica,
magia de estrellas,
polvo del sentido.
Por todo eso y porque la poesía es apta para todo tiempo (incluida la canícula actual), no estaría mal, para aquellos que no lo hayan hecho, recrearse tranquilamente en los poemas de estos libros.
Nunca está de más descubrir nuevos autores que aporten algo a este panorama.
Hace unas semanas, Rafael González Serrano me envió sus dos libros publicados en Vitruvio (Presencias figuradas publicado en 2006 y Manual de fingimientos publicado en 2008) porque, a pesar de haber compartido bastantes tardes de presentaciones y poesía con él, desconocía totalmente el tono de su obra.
Es Rafael González Serrano una persona silenciosa, con cierto punto de timidez y presencia callada. No es extraño que esas caracaterísticas impregnen sus versos: poesía intimista, dolorosa, de amores y desengaños, de lectura densa (no apta para cualquier paladar) y pausada.
Para quien lo desee, rescato una versos de Presencias figuradas :
Porque siempre serás
la ausente palabra
de una voz impronunciable. ../..
.../... Nunca seré el nombre que prenderás
en tu talle, jamás una caricia
que recordar cuando te resuelvas en polvo. .../...
.../... Por estar contigo, si,
sería capaz hasta de olvidarte.
.../... Por eso desde aquí aún aguardo
como quien espera todo,
como quien confía en auroras.
Personalmente creo que Presencias figuradas es un libro más auténtico, más Rafaeliano, que Manual de fingimientos. La esencia de lo no hollado es la más real y siempre un primer libro tiene esa esencia. Es Manual de fingimientos un libro más trabajado, más construido, más buscado: un libro de reválida que, con puntos comunes, difiere del primero en otros.
.../... Así son los estímulos del espejismo:
ilusión azóguica,
magia de estrellas,
polvo del sentido.
Por todo eso y porque la poesía es apta para todo tiempo (incluida la canícula actual), no estaría mal, para aquellos que no lo hayan hecho, recrearse tranquilamente en los poemas de estos libros.
Nunca está de más descubrir nuevos autores que aporten algo a este panorama.
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