Otra maldita tarde lluviosa. Sea la hora que sea y se prevea
lo que se prevea, el dios climatológico juega a los bolos con las nubes, y los
truenos prologan la cortina de agua que le hace asemejarse a un garbanzo
dispuesto para un cocido madrileño. Montado en su motocicleta el aguacero es el
riachuelo de los monótonos días que fluyen sin prisa por las acequias de su
existencia.
La
imaginaria radio de la moto emite algo de Aute. Apunta la vista a la calzada,
con las rayas del asfalto emitiendo unos signos en morse -SOS, SOS,SOS- reclamando ayuda a los barcos de ruedas más
cercanos. Son cerca de las diez de la noche (¡todos los días son las diez de la
noche!) y Gene Kelly sería feliz bajo este cielo oscuro que vomita la bilis del
empacho: “I´m singing in the rain….”
La vida...es acordarse de un despertar
triste en un tren, al alba: haber visto
fuera la incierta luz: haber sentido
en el cuerpo cansado la melancolía
áspera y virgen del aire punzante. ../..
Sandro Penna
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