Puntos
suspensivos
De
repente, el insomnio.
El
frío que asesina mientras se escribe
bajo
la ventisca,
el
vaho que enmohece las extremidades
si
se galopa en la carretera,
la
nada…
De
repente, una casa vacía.
Una
lavadora encendida
y
la ropa sin tender,
marcos
desubicados, ceniceros con colillas,
maullidos
de nostalgias, futuros
suspensos,
gallos cantando en la oscuridad
y
monólogos sin respuesta…
De
repente, el paisaje cataclismo.
El
chasquido del tabaco quemándose,
imperfecciones
en los espejos, estómagos
vacíos,
pantallas muertas,
enumeraciones
concatenadas, tristezas
alternativas,
adjetivos cincelados
para
criticar veintitrés
versos
en huida…
De
repente, lágrimas
cayendo
de los ojos como el otoño…
Cuando la soledad se asoma el paisaje siempre es desolador, y lo has reflejado muy bien.
ResponderEliminarCariños....
Gracias por la visita y el comentario, amiga.
EliminarBesos!!
Esa casa vacía, ese paisaje arrasado que describes, esa melancolía de sabido.
ResponderEliminarUn abrazo José Luis
Gracias, Paco. Te tengo abandonado pero espero compensarte pronto. En cuanto pasen estos tiempos de prisas y desenfrenos.
EliminarAbrazos miles!!
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