Presente.
Demasiado tiempo sin escribir. Y es que Mario ha aparecido por sorpresa y empieza a llenar un montón de horas. En estos principios, todo cuidado es poco y el sueño pasa a mejor vida cuando hay que guardar una rutina alimentaria.
Por lo demás..un montón de agradecimientos a todos vosotros (ya sabéis quienes sois, amigos) que nos habéis acompañado durante estos días recién nacidos.
Probablemente, dentro de poco, Mario os pueda besar personalmente.
lunes, noviembre 30, 2009
viernes, noviembre 20, 2009
Pasado.
Basta aceptar un hecho para creer una verdad. Basta una demostración real para asumir un hecho. La rueda del destino gira en el sentido predefinido y no hay galones suficientes para ordenar un cambio de engranajes. Los hechos se muestran desnudos veinticuatro horas al día y ninguna mano torpe va a tiznar sus cálidas mejillas con absurdas intrascendencias: no se puede estirar de un círculo al que no se le pueden sujetar los extremos. Todo tiene su orden, su estatus, y no es tiempo de agarrar lo imposible por las orejas para castigarlo contra la pared por no haber hecho los deberes.
El futuro no tiene la culpa del presente y bastante recompensa suponen unos recuerdos enraizados o unos regueros de felicidad en la comisura de los años: todo pleno, todo sucedido, todo descolocado.
../.."Donde sonó una risa queda un hueco,
un coágulo de nada, una lejana
polvareda que fue,
que ya no está, pero que sigue hablando,
diciendo al alma que, en alguna parte,
algo cruzó al galope y se ha perdido."
Rafael Guillén
Basta aceptar un hecho para creer una verdad. Basta una demostración real para asumir un hecho. La rueda del destino gira en el sentido predefinido y no hay galones suficientes para ordenar un cambio de engranajes. Los hechos se muestran desnudos veinticuatro horas al día y ninguna mano torpe va a tiznar sus cálidas mejillas con absurdas intrascendencias: no se puede estirar de un círculo al que no se le pueden sujetar los extremos. Todo tiene su orden, su estatus, y no es tiempo de agarrar lo imposible por las orejas para castigarlo contra la pared por no haber hecho los deberes.
El futuro no tiene la culpa del presente y bastante recompensa suponen unos recuerdos enraizados o unos regueros de felicidad en la comisura de los años: todo pleno, todo sucedido, todo descolocado.
../.."Donde sonó una risa queda un hueco,
un coágulo de nada, una lejana
polvareda que fue,
que ya no está, pero que sigue hablando,
diciendo al alma que, en alguna parte,
algo cruzó al galope y se ha perdido."
Rafael Guillén
lunes, noviembre 16, 2009
Pasado.
“Uno se cree que los mató
el tiempo y la ausencia,
pero su tren vendió boleto de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón, en un papel o en un cajón.”.../..
Joan Manuel Serrat
Uno se cree que el corazón se ha dormido. En un sueño profundo y anestésico del que no se puede recuperar y para el que no existe cura: una narcolepsia crónica e irreversible. Piensa que aquellos sentimientos o aquellas sensaciones olvidadas en los años, y para las que no había defensa, nunca habrían de volver. El ser humano rara vez se rebela contra las pautas socialmente aceptadas y eso incluye la sensación opiácea que denota la madurez. Se cree, uno mismo, que no volverán las risas de las tonterías en pequeñas conversaciones vacuas, que nunca más latirán las sienes con el pedaleo del rubor cercano, que las expresiones típicas de amor permanecerán aplastadas bajo miles de legajos andrajosos, que el rictus de la mirada será incapaz de acabar con las añejas patas de gallo, que el tacto no siente o que la noche no sirve para otra cosa que no sea dormir o pasear.
Uno se cree que ha vivido bastante. Que, como broma, estas décadas no han estado mal (pero que va siendo tiempo de replegar velas, ahuecar el ala y dejar campo libre a nuevas generaciones de desarraigados), que el vaso rebosa y no apetece mancharse, que todo está visto, oído y asimilado y sólo se desea acabar lo antes posible, que el escenario va oscureciéndose y el patio de butacas luce vacío para una función a la que le queda un acto postrero.
Y hace lo imposible por echarse la realidad a la espalda, ser barco en travesía y errar, como siempre, entre renglones de alcohol y vasos de escritura. Saltar en marcha del carrusel de fotografías que le señalan con el dedo cuando le dicen que son espejos, telarañas destejidas, ramas desnudas, aviones sin motores, cuerpos sin alma. Hace lo imposible por no decir tantas cosas que dice (y no debería) hasta una respuesta inexistente, por convencer y convencerse que las palabras no duelen y sólo duelen los hechos (y, aún éstos, tienen perdones), por imaginar tantas situaciones deseadas o por dormir en el dosel de la madrugada.
“Uno se cree que los mató
el tiempo y la ausencia,
pero su tren vendió boleto de ida y vuelta.
Son aquellas pequeñas cosas
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón, en un papel o en un cajón.”.../..
Joan Manuel Serrat
Uno se cree que el corazón se ha dormido. En un sueño profundo y anestésico del que no se puede recuperar y para el que no existe cura: una narcolepsia crónica e irreversible. Piensa que aquellos sentimientos o aquellas sensaciones olvidadas en los años, y para las que no había defensa, nunca habrían de volver. El ser humano rara vez se rebela contra las pautas socialmente aceptadas y eso incluye la sensación opiácea que denota la madurez. Se cree, uno mismo, que no volverán las risas de las tonterías en pequeñas conversaciones vacuas, que nunca más latirán las sienes con el pedaleo del rubor cercano, que las expresiones típicas de amor permanecerán aplastadas bajo miles de legajos andrajosos, que el rictus de la mirada será incapaz de acabar con las añejas patas de gallo, que el tacto no siente o que la noche no sirve para otra cosa que no sea dormir o pasear.
Uno se cree que ha vivido bastante. Que, como broma, estas décadas no han estado mal (pero que va siendo tiempo de replegar velas, ahuecar el ala y dejar campo libre a nuevas generaciones de desarraigados), que el vaso rebosa y no apetece mancharse, que todo está visto, oído y asimilado y sólo se desea acabar lo antes posible, que el escenario va oscureciéndose y el patio de butacas luce vacío para una función a la que le queda un acto postrero.
Y hace lo imposible por echarse la realidad a la espalda, ser barco en travesía y errar, como siempre, entre renglones de alcohol y vasos de escritura. Saltar en marcha del carrusel de fotografías que le señalan con el dedo cuando le dicen que son espejos, telarañas destejidas, ramas desnudas, aviones sin motores, cuerpos sin alma. Hace lo imposible por no decir tantas cosas que dice (y no debería) hasta una respuesta inexistente, por convencer y convencerse que las palabras no duelen y sólo duelen los hechos (y, aún éstos, tienen perdones), por imaginar tantas situaciones deseadas o por dormir en el dosel de la madrugada.
jueves, noviembre 12, 2009
Presente.
Pues resulta que mañana viernes día 13 de Noviembre, a las 19,30 horas, y en La Casa del Libro de la calle Hermosilla nº 21, se presenta Inevitable voz: el último libro de Milagros Salvador, una poeta de larga trayectoria, verso delicado y mente culta.
Y tengo el placer de hacer la presentación del libro junto a Pablo Méndez, poeta-editor de Vitruvio, junto a todos aquellos que quieran acercarse a degustar un ratito de poesía entre amigos.
Os dejo con uno de los poemas de Inevitable voz
El color de los días
Tienen los días color de enamorado,
un aviso de sombra que amenaza
el paso de las horas,
el miedo envejecido que puso la experiencia
en saber esperar,
y que perdió y no recuerda dónde,
el brillo de los campos,
la figura soñada de cualquier ilusión,
porque el tiempo nos vence en la batalla,
y han enmudecido las campanas de gloria.
Pues resulta que mañana viernes día 13 de Noviembre, a las 19,30 horas, y en La Casa del Libro de la calle Hermosilla nº 21, se presenta Inevitable voz: el último libro de Milagros Salvador, una poeta de larga trayectoria, verso delicado y mente culta.
Y tengo el placer de hacer la presentación del libro junto a Pablo Méndez, poeta-editor de Vitruvio, junto a todos aquellos que quieran acercarse a degustar un ratito de poesía entre amigos.
Os dejo con uno de los poemas de Inevitable voz
El color de los días
Tienen los días color de enamorado,
un aviso de sombra que amenaza
el paso de las horas,
el miedo envejecido que puso la experiencia
en saber esperar,
y que perdió y no recuerda dónde,
el brillo de los campos,
la figura soñada de cualquier ilusión,
porque el tiempo nos vence en la batalla,
y han enmudecido las campanas de gloria.
martes, noviembre 10, 2009
Presente.
¿QUÉ?
El Festival Eñe (el festival de literatura de Madrid)
¿DÓNDE?
En el Círculo de Bellas Artes, calle Marqués de Casa Riera nº 2
¿CUÁNDO?
Los próximos días 13 y 14 de Noviembre (viernes y sábado, respectivamente)
¿PORQUÉ?
Porque habrá más de 60 actividades entre conferencias, conversaciones, mesas redondas, talleres, música, cine y actividades infantiles. Porque, entre otros, estarán: Céspedes, Gamoneda, Pombo, Panero, Llamazares, Silva, Mestre, Bonilla, Madoz y un montón de gente más.
¡Para no perdérselo!
Más información: www.revistaparaleer.com
¿QUÉ?
El Festival Eñe (el festival de literatura de Madrid)
¿DÓNDE?
En el Círculo de Bellas Artes, calle Marqués de Casa Riera nº 2
¿CUÁNDO?
Los próximos días 13 y 14 de Noviembre (viernes y sábado, respectivamente)
¿PORQUÉ?
Porque habrá más de 60 actividades entre conferencias, conversaciones, mesas redondas, talleres, música, cine y actividades infantiles. Porque, entre otros, estarán: Céspedes, Gamoneda, Pombo, Panero, Llamazares, Silva, Mestre, Bonilla, Madoz y un montón de gente más.
¡Para no perdérselo!
Más información: www.revistaparaleer.com
miércoles, noviembre 04, 2009
Pasado.
“Esta noche he tenido un sueño”
Martin Luther King
Las luces de la madrugada calientan el gélido ambiente prenavideño mientras los pasos resuenan sobre las aceras. En las esquinas, cuerpos doblados rinden tributo a los dioses de la desmesura en ritos de vómitos. Los neones contraen y dilatan las pupilas caminantes que embocan las pisadas hacia un final de trayecto misterioso.
Nadie duerme. La fuerza de la euforia firma épicas frases que retumban al eco de los viejos edificios, sobre esas fachadas mortecinas que relumbran al inicio de los crepúsculos y esperan su hora de renacer cuando llegue el rocío de la mañana. A pesar del bullicio, las pisadas tañen como campanadas triunfales de iglesias abandonadas. Se repiten, machaconamente, a ritmo más lento que los pensamientos de las figuras que bajan la cuesta de la calle. Nada existe en el entorno ruidoso excepto la felicidad de la cercanía a un cuerpo conocido.
La noche es noche, pero podría ser mañana radiante de oscura incertidumbre. O quizá nunca. Y todo fuese un sueño que, pedazo a pedazo, se dejase tocar como recompensa a los sentimientos que afloran en la iluminación artificial.
Hoy hay dos gotas que se pierden entre el río de la gente.
…/…”¿Porqué quien ama nunca
busca verdad, sino que busca dicha?
¿Cómo sin la verdad
puede existir la dicha?. He aquí todo.”
Claudio Rodríguez
“Esta noche he tenido un sueño”
Martin Luther King
Las luces de la madrugada calientan el gélido ambiente prenavideño mientras los pasos resuenan sobre las aceras. En las esquinas, cuerpos doblados rinden tributo a los dioses de la desmesura en ritos de vómitos. Los neones contraen y dilatan las pupilas caminantes que embocan las pisadas hacia un final de trayecto misterioso.
Nadie duerme. La fuerza de la euforia firma épicas frases que retumban al eco de los viejos edificios, sobre esas fachadas mortecinas que relumbran al inicio de los crepúsculos y esperan su hora de renacer cuando llegue el rocío de la mañana. A pesar del bullicio, las pisadas tañen como campanadas triunfales de iglesias abandonadas. Se repiten, machaconamente, a ritmo más lento que los pensamientos de las figuras que bajan la cuesta de la calle. Nada existe en el entorno ruidoso excepto la felicidad de la cercanía a un cuerpo conocido.
La noche es noche, pero podría ser mañana radiante de oscura incertidumbre. O quizá nunca. Y todo fuese un sueño que, pedazo a pedazo, se dejase tocar como recompensa a los sentimientos que afloran en la iluminación artificial.
Hoy hay dos gotas que se pierden entre el río de la gente.
…/…”¿Porqué quien ama nunca
busca verdad, sino que busca dicha?
¿Cómo sin la verdad
puede existir la dicha?. He aquí todo.”
Claudio Rodríguez
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