viernes, noviembre 20, 2009

Pasado.

Basta aceptar un hecho para creer una verdad. Basta una demostración real para asumir un hecho. La rueda del destino gira en el sentido predefinido y no hay galones suficientes para ordenar un cambio de engranajes. Los hechos se muestran desnudos veinticuatro horas al día y ninguna mano torpe va a tiznar sus cálidas mejillas con absurdas intrascendencias: no se puede estirar de un círculo al que no se le pueden sujetar los extremos. Todo tiene su orden, su estatus, y no es tiempo de agarrar lo imposible por las orejas para castigarlo contra la pared por no haber hecho los deberes.
El futuro no tiene la culpa del presente y bastante recompensa suponen unos recuerdos enraizados o unos regueros de felicidad en la comisura de los años: todo pleno, todo sucedido, todo descolocado.

../.."Donde sonó una risa queda un hueco,
un coágulo de nada, una lejana
polvareda que fue,
que ya no está, pero que sigue hablando,
diciendo al alma que, en alguna parte,
algo cruzó al galope y se ha perdido."
Rafael Guillén

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