Presente.
../..En ocasiones,
la tierra sedienta huele a llanto.
Alejandro Fernández Osorio
Hay días en los que, aún, me pregunto porqué escribo. Es una pregunta absurda y sin respuesta pero la enuncio con la inconsciencia de la ignorancia.
No se qué fuerza revoltosa me hace creer en mis palabras (aunque creo que no creo) cuando todo lo que se mueve en este mundillo es ilusorio, egocéntrico y desmoralizante. Libros, premios, actos, blogs, ciertos escritores...lo que rodea a la poesía se asienta sobre pilares de cristal: todos esperamos publicar un libro, ganar un premio importante, asistir al mayor número de actos para ver y ser vistos, tener el blog más leído, escribir el poema más sublime que se haya escrito, ver nuestro nombre bajo el título de alguna poesía (¿dedicatoria o agradecimiento?) o pensar que valemos para algo más que para hacer bulto en el gallinero de este teatro y esperar una recompensa que, pocas veces, llega tal y como la soñamos.
Y no ocurre nada. Nunca ocurre nada (será que no lo merecemos). O le ocurre a otros.
Pero de todo se va aprendiendo. De todo. Y, aunque los pequeños rayos de luz de nuevos días vuelvan a iluminarnos, ocasionalmente, y hagan desaparecer las densas tinieblas, hay otros amaneceres en los que, aún, me pregunto porqué escribo, continuamente, la palabra desengaño.
P.D. a mi querida Isabel (que lee este espacio de vez en cuando): asocia siempre lo que leas al encabezamiento de la entrada (Presente/Pasado) y no olvides que esto es sólo literatura barata con pocas pretensiones. Quizás un desahogo.
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