Presente.
Y después de estos días vendrán más
días oscuros. Tinajas enmohecidas donde
mendigar habitualmente.
Pozos y desvanes ciegos.
Vendrán emponzoñados,
plagados de miedo y gangrena,
alimentando lo cotidiano
sobre el piano sin teclas del recuerdo.
No los mires. No dejes
que sus ojos penetren en tu carne
rajando la textura de tus sueños
olvidados.
Si llegan, anunciándose
a los cirros reposados en el horizonte,
ofréceles una rendición sin condiciones,
un viento carmesí, un crisantemo ajado.
Si llegan
-que llegarán-
mantén en pie las palabras de los rincones,
los gestos lejanos, los muros de las ciudades vividas.
Porque esos días que habitan futuro
ya han existido en el prefacio
de la desolación, en la despedida del tiempo
acotado. Cuando la nieve arropaba
nuestras piernas en el terco camino de la felicidad.
En aquel remoto invierno
sin recelo.
Es un poema brillante Jose Luis.Te mando un fortísimo ABRAZO
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario Marisa: viniendo de quien viene, es todo un halago. Espero seguir viéndote.
ResponderEliminarUn abrazo!!