Pasado.
Paseo por Madrid (1)
Lleva en el bolsillo un minúsculo trocito de papel arrugado, doblado como una vida pasivamente inútil. Abrocha el abrigo hasta el límite de la cremallera y sale por la gran puerta aceptando una bofetada de la fría mañana que le saluda con señales de vaho. El agobio, el dolor de ser, de estar, ha hecho que huya, clavando espuelas a la tristeza, hacia un recorrido improvisado. Arenal da paso a Vergara y ésta desemboca, cual Amazonas gigante, en la Plaza de Oriente. Se detiene a saludar a unas palomas perdidas y pasa revista a los godos que, firmes, le plantan cara en el paseo: Ataulfo, Eurico, Leovigildo…han detenido sus gestos en una postura pétrea (¡qué estupidez: es su estado natural!) que espera un milagro en forma de hada para revivir.
../..”Supón mis ojos tristes y pensativos, mudos,
viendo crecer el fuego desde hace muchos años.”
José Luis Hidalgo
Ha huido. No quiere que pregunten más. No quiere preocupar más que lo estrictamente necesario (pero… ¿qué es lo necesario?: contestan inaudiblemente los peces del estanque) y no puede dar explicaciones a lo inexplicable. Sólo necesita respirar un poco más, apenas unos suspiros, para alejar esa angustia que le carcome, ese vacío oscuro, ese vértigo caleidoscópico.
(fin)
Bastaba con querer
para inventar adioses,
haber querido
para llegar al fin.
Antonio Cubelos Marqués
Un paseo ensimismado, abismado, casi un recorrido interior.
ResponderEliminar"El agobio, el dolor de ser, de estar, ha hecho que huya, clavando espuelas a la tristeza" Muy buenos, Jose Luis.
Abrazo.
Con unas breves
ResponderEliminarpalabras mágicas
seguro hará volar
el papel arrugado
en compañía de las palomas
de la Plaza de Oriente.
Gracias por compartirlas
Esos ojos tristes que recorren la llama viendo por donde surge la chispa de la esperanza...
ResponderEliminarBesos
Gracias Paloma: te sigo con admiración.
ResponderEliminarUn abrazo!
Poco te hace falta para lanzarte (siempre con criterio) a "poesear"
ResponderEliminarGracias y un abrazo, Jesús!
Quizás haya demasiados ojos tristes en el mundo, Nina, pero también hay ojos alegres.
ResponderEliminarSeguro que tú eres del segundo grupo.
Un beso!