Pasado.
En aquel entonces ya existía Boris Lubernieff pero no conocíamos su nombre. La metamorfosis ocurrió no hace mucho tiempo, aunque el origen, el génesis, es el mismo. Ya se sabe: todo creador busca la perfección en la totalidad de las obras que hace. Una empresa complicada y siempre imposible para aquellos que no están tocados por la mano divina del destino
En estos momentos de la noche ese destino se posa sobre los tejados nevados de aquellos paisajes que no se visitarán, en los jardines sin dueño donde pacen los niños eternos, en el albor de los días perdidos que se enumeran mecánicamente, en las palabras que nunca se han de escuchar. Toda alma angustiada busca el consuelo de ese destino que nadie conoce, creyendo que abrirá sus ojos legañosos a un amanecer pintado de mentiras y leyendas. El alma creativa da pinceladas al destino con letras de tardes cortas y perecederas. Los sueños no existen y el recuerdo se diluye en las caricias conocidas de algún desconocido.
En aquel entonces el hombre del tiempo dijo que seguiría nevando, igual que hoy.
Colorear el mapa-mundi de tus mejillas. Cota cero tus ojos y, desde
ellos, escalar todos los lugares por los que transcurrimos.../...
Luis Felipe Muñoz
jueves, marzo 31, 2011
martes, marzo 22, 2011
Presente.
El año ha comenzado duro e ingrato. A los días les faltan horas y, de noche a noche, la vida transcurre con la rapidez de un guepardo.
No hay tiempo para casi nada y mis visitas a blogs amigos son fugaces, sin recuerdo escrito, sin huella ni presencia. Apenas puedo dejar letras en esta ventana que me asoma al infinito.
Todo acabará, seguro, y un día de estos se podrá continuar convenientemente lo iniciado.
De momento, mis disculpas y un poema de Paco Moral de su libro inédito Frutas y banderas. Poesía con mayúsculas.
Frutas y banderas
Era un tiempo de frutas y banderas,
de edificios a medio construir,
de chiringuitos
a pie de playa, de himnos,
canciones de verano,
amores nebulosos que recuerdas
con la vaga nostalgia
de algo que no fue cierto
y, sin embargo,
observas hoy como la certidumbre
de la vida que alientas
y que sabes mentida.
Paco Moral - Frutas y banderas (Inédito)
El año ha comenzado duro e ingrato. A los días les faltan horas y, de noche a noche, la vida transcurre con la rapidez de un guepardo.
No hay tiempo para casi nada y mis visitas a blogs amigos son fugaces, sin recuerdo escrito, sin huella ni presencia. Apenas puedo dejar letras en esta ventana que me asoma al infinito.
Todo acabará, seguro, y un día de estos se podrá continuar convenientemente lo iniciado.
De momento, mis disculpas y un poema de Paco Moral de su libro inédito Frutas y banderas. Poesía con mayúsculas.
Frutas y banderas
Era un tiempo de frutas y banderas,
de edificios a medio construir,
de chiringuitos
a pie de playa, de himnos,
canciones de verano,
amores nebulosos que recuerdas
con la vaga nostalgia
de algo que no fue cierto
y, sin embargo,
observas hoy como la certidumbre
de la vida que alientas
y que sabes mentida.
Paco Moral - Frutas y banderas (Inédito)
lunes, marzo 14, 2011
Presente.
ZURCIDO
A pesar de gemir tanta llovizna
que azora los pulmones esta noche,
ejerzo de capa oscura y abrigo
el frío del fracaso para vestir
de largo este eterno desarraigo.
No son culpables los ojos de fuego
que Lauren Bacall luce en el retrato
limitando el crédito de mis gastos,
ni que los retales de mis bolsillos
busquen hilo para coser monedas.
Siempre el otoño chorrea soledad
cuando amanece tumbado en vómitos
como si fuera un extraño indolente,
perseverando en que caigan rápido
las hojas de aquel calendario incierto.
ZURCIDO
A pesar de gemir tanta llovizna
que azora los pulmones esta noche,
ejerzo de capa oscura y abrigo
el frío del fracaso para vestir
de largo este eterno desarraigo.
No son culpables los ojos de fuego
que Lauren Bacall luce en el retrato
limitando el crédito de mis gastos,
ni que los retales de mis bolsillos
busquen hilo para coser monedas.
Siempre el otoño chorrea soledad
cuando amanece tumbado en vómitos
como si fuera un extraño indolente,
perseverando en que caigan rápido
las hojas de aquel calendario incierto.
miércoles, marzo 02, 2011
Presente.
Pareces un color o un poema sobre nereidas
Luis Alberto de Cuenca
Al roce del desvelo que despertarán
tus ojos vírgenes
entre el rocío y la albahaca.
Al beso de traición y poniente
que entristeció
los pliegues de tu falda niña.
Al trémulo instante que dirime
hipotéticos deseos
anclados en la esquizofrenia.
Al amanecer de la noche,
cuando cae el sol
sobre las fumatas del mar
y mis dedos rasgan
las ensenadas de tu cuerpo.
(Inédito)
Pareces un color o un poema sobre nereidas
Luis Alberto de Cuenca
Al roce del desvelo que despertarán
tus ojos vírgenes
entre el rocío y la albahaca.
Al beso de traición y poniente
que entristeció
los pliegues de tu falda niña.
Al trémulo instante que dirime
hipotéticos deseos
anclados en la esquizofrenia.
Al amanecer de la noche,
cuando cae el sol
sobre las fumatas del mar
y mis dedos rasgan
las ensenadas de tu cuerpo.
(Inédito)
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