Pasado.
Apenas unas líneas para aparecer. Para intuir lo que se sueña en lo desconocido, para soñar lo que se intuye en lo conocido, en la distancia, en lo imaginado.
Algunos momentos son jeroglíficos que nunca se resuelven. Y que pensamos que son tan intraducibles, que no pasarán de anécdotas o avatares. Algunos momentos, deseados, son ilusiones que jamás sucederán y que, alguien, jamás pensará que alguien desearía que sucediesen.
Trabalenguas mesetario.
Ilusión desconocida.
Signo premonitorio que algún cabello largo intenta rimar con la inquietud de la fantasía.
Alguien sabe que se escribe por impulso, por ansia de llamar la atención. Alguien, desde el horizonte, también escribe con palabras sencillas de rima pausada.
Y sisea.
Y susurra.
Y suspira.
Y desea (quizás un deseo equivocado)
Y trastea con cuerdas de guitarra que no sonarán.
Y desde la distancia, siempre desde la distancia, entono una balada de anhelo (quizás con destino equivocado).
A ese alguien, cripticamente, estas letras para que lleguen.
Dentro de tí, hubo un tiempo
en que tal vez estuve. ../..
Ana Ares
viernes, abril 29, 2011
lunes, abril 25, 2011
Pasado.
Hay ocasiones en las que se mira a la vida por un espejo retrovisor mientras se va en movimiento. Las cosas, los objetos, van quedando atrás con una velocidad que oscila según se quiera escapar más o menos rápidamente de ellas.
Hoy fue viernes y alguien robó las gallinas risueñas del corral de la sinrazón.
El mundo es una metáfora, el tiempo una polisemia y el dolor una característica habitual genéticamente probada.
El complemento del complemento es un accesorio inútil la mayoría de las veces: no vale para señalizar ni la más mínima avería que le empuja al arcén.
Una lluvia púrpura en concierto le empapa con las últimas palabras de los fantasmas acomplejados.
Y este montón de frases seguidas, inconexas, significan poco para quien no esté acostumbrado a los peligros que nacen de la locura.
../..”Un nombre, sólo un nombre. Sálvalo de la niebla
y ponlo en la balanza de las postrimerías:
quizá su peso sea el de tu vida.”
Pablo García Baena
Hay ocasiones en las que se mira a la vida por un espejo retrovisor mientras se va en movimiento. Las cosas, los objetos, van quedando atrás con una velocidad que oscila según se quiera escapar más o menos rápidamente de ellas.
Hoy fue viernes y alguien robó las gallinas risueñas del corral de la sinrazón.
El mundo es una metáfora, el tiempo una polisemia y el dolor una característica habitual genéticamente probada.
El complemento del complemento es un accesorio inútil la mayoría de las veces: no vale para señalizar ni la más mínima avería que le empuja al arcén.
Una lluvia púrpura en concierto le empapa con las últimas palabras de los fantasmas acomplejados.
Y este montón de frases seguidas, inconexas, significan poco para quien no esté acostumbrado a los peligros que nacen de la locura.
../..”Un nombre, sólo un nombre. Sálvalo de la niebla
y ponlo en la balanza de las postrimerías:
quizá su peso sea el de tu vida.”
Pablo García Baena
miércoles, abril 13, 2011
Presente.
Vuelvo a dejar reposar los acontecimientos.
Espero a que pase una semana para comentar la presentación del pasado miércoles y hablar del concurrido acto que supuso la presentación de Rafael Soler.
Porque si Maneras de volver era el último título que nos aportó mi querido amigo, Las cartas que debía apareció en escena con la fuerza de la palabra que derrocha Rafael. Descrito como una continuación con todos aquellos poemas que me dejé en el cajón cuando publiqué Maneras de volver (Soler dixit) el libro, con cuya lectura nos deleitó en dicha presentación, está compuesto por algo más que retales de cajón: es un pequeño mundo inexplorado en el universo racional/sentimental de nuestro autor.
Compuesto de catorce cartas y varios poemas cada una de ellas, en cada verso rezuma la esencia de lo cercano, de lo cotidiano, del dolor, del amor, de la muerte, del amor, del día a día. Temas tan clásicos pero tan bien llevados que, como un bucle infinito, podemos retomar y acabar, y retomar y acabar, sin temor al cansancio o al hastío.
Grande Rafael Soler y grandes sus cartas que nos debía!
Si, además, en el acto pude encontrarme con amigos para charlar y disfrutar con ellos de un montón de cosas, tarde-noche perfecta!
Una delicia volver a ver a Rafael González, Antonio Daganzo, Justo Jorge Padrón, Paco Moral, Ana Ares, Alberto Infante, Raúl Nieto de la Torre, José Luis Fernández (Capitán), Julio Mas y, como no, Alejandro Céspedes, entre otros.
Gracias por estar.
Voy a transcribir, con todo mi carilño, un poema de este libro. Y quisiera dedicárselo a una persona que no llegué a conocer pero que me acompañó durante un montón de horas virtuales en este espacio tan desmesurado. Una persona cuya poesía he leído muchos días y que perdurará en el tiempo para todos aquellos con los que la compartió.
Va por José Zúñiga.
INSTRUCCIONES PARA UN ENCUENTRO A SOLAS
Cuando el invierno feroz
abra de golpe tu tos y las ventanas
y Ella aparezca mostrando codiciosa
el diente negro que todo lo devora
cuando así desprevenido
pregunte al futuro qué ha pasado
y siete confidencias
puedan resumirse en un murmullo
alza tu historia no preguntes calla.
Rafael Soler, Las cartas que debía (Vitruvio 2011)
Vuelvo a dejar reposar los acontecimientos.
Espero a que pase una semana para comentar la presentación del pasado miércoles y hablar del concurrido acto que supuso la presentación de Rafael Soler.
Porque si Maneras de volver era el último título que nos aportó mi querido amigo, Las cartas que debía apareció en escena con la fuerza de la palabra que derrocha Rafael. Descrito como una continuación con todos aquellos poemas que me dejé en el cajón cuando publiqué Maneras de volver (Soler dixit) el libro, con cuya lectura nos deleitó en dicha presentación, está compuesto por algo más que retales de cajón: es un pequeño mundo inexplorado en el universo racional/sentimental de nuestro autor.
Compuesto de catorce cartas y varios poemas cada una de ellas, en cada verso rezuma la esencia de lo cercano, de lo cotidiano, del dolor, del amor, de la muerte, del amor, del día a día. Temas tan clásicos pero tan bien llevados que, como un bucle infinito, podemos retomar y acabar, y retomar y acabar, sin temor al cansancio o al hastío.
Grande Rafael Soler y grandes sus cartas que nos debía!
Si, además, en el acto pude encontrarme con amigos para charlar y disfrutar con ellos de un montón de cosas, tarde-noche perfecta!
Una delicia volver a ver a Rafael González, Antonio Daganzo, Justo Jorge Padrón, Paco Moral, Ana Ares, Alberto Infante, Raúl Nieto de la Torre, José Luis Fernández (Capitán), Julio Mas y, como no, Alejandro Céspedes, entre otros.
Gracias por estar.
Voy a transcribir, con todo mi carilño, un poema de este libro. Y quisiera dedicárselo a una persona que no llegué a conocer pero que me acompañó durante un montón de horas virtuales en este espacio tan desmesurado. Una persona cuya poesía he leído muchos días y que perdurará en el tiempo para todos aquellos con los que la compartió.
Va por José Zúñiga.
INSTRUCCIONES PARA UN ENCUENTRO A SOLAS
Cuando el invierno feroz
abra de golpe tu tos y las ventanas
y Ella aparezca mostrando codiciosa
el diente negro que todo lo devora
cuando así desprevenido
pregunte al futuro qué ha pasado
y siete confidencias
puedan resumirse en un murmullo
alza tu historia no preguntes calla.
Rafael Soler, Las cartas que debía (Vitruvio 2011)
lunes, abril 04, 2011
Presente.
El próximo miércoles día 6 a las 20.00 horas, en la Asociación de la Prensa (c/ Claudio Coello nº 98) presenta mi querido Rafael Soler su nuevo libro: Las cartas que debía (Ediciones Vitruvio)
Una ocasión única para disfrutar de la poesía de Rafael Soler (excelente!) y de los amigos que hace tanto que no veo.
Purertas abiertas para todo el que quiera ir.
El próximo miércoles día 6 a las 20.00 horas, en la Asociación de la Prensa (c/ Claudio Coello nº 98) presenta mi querido Rafael Soler su nuevo libro: Las cartas que debía (Ediciones Vitruvio)
Una ocasión única para disfrutar de la poesía de Rafael Soler (excelente!) y de los amigos que hace tanto que no veo.
Purertas abiertas para todo el que quiera ir.
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