miércoles, abril 13, 2011

Presente.

Vuelvo a dejar reposar los acontecimientos.
Espero a que pase una semana para comentar la presentación del pasado miércoles y hablar del concurrido acto que supuso la presentación de Rafael Soler.
Porque si Maneras de volver era el último título que nos aportó mi querido amigo, Las cartas que debía apareció en escena con la fuerza de la palabra que derrocha Rafael. Descrito como una continuación con todos aquellos poemas que me dejé en el cajón cuando publiqué Maneras de volver (Soler dixit) el libro, con cuya lectura nos deleitó en dicha presentación, está compuesto por algo más que retales de cajón: es un pequeño mundo inexplorado en el universo racional/sentimental de nuestro autor.
Compuesto de catorce cartas y varios poemas cada una de ellas, en cada verso rezuma la esencia de lo cercano, de lo cotidiano, del dolor, del amor, de la muerte, del amor, del día a día. Temas tan clásicos pero tan bien llevados que, como un bucle infinito, podemos retomar y acabar, y retomar y acabar, sin temor al cansancio o al hastío.

Grande Rafael Soler y grandes sus cartas que nos debía!

Si, además, en el acto pude encontrarme con amigos para charlar y disfrutar con ellos de un montón de cosas, tarde-noche perfecta!
Una delicia volver a ver a Rafael González, Antonio Daganzo, Justo Jorge Padrón, Paco Moral, Ana Ares, Alberto Infante, Raúl Nieto de la Torre, José Luis Fernández (Capitán), Julio Mas y, como no, Alejandro Céspedes, entre otros.
Gracias por estar.

Voy a transcribir, con todo mi carilño, un poema de este libro. Y quisiera dedicárselo a una persona que no llegué a conocer pero que me acompañó durante un montón de horas virtuales en este espacio tan desmesurado. Una persona cuya poesía he leído muchos días y que perdurará en el tiempo para todos aquellos con los que la compartió.

Va por José Zúñiga.

INSTRUCCIONES PARA UN ENCUENTRO A SOLAS

Cuando el invierno feroz
abra de golpe tu tos y las ventanas
y Ella aparezca mostrando codiciosa
el diente negro que todo lo devora

cuando así desprevenido
pregunte al futuro qué ha pasado
y siete confidencias
puedan resumirse en un murmullo

alza tu historia no preguntes calla.

Rafael Soler, Las cartas que debía (Vitruvio 2011)

8 comentarios:

  1. Se te veía muy satisfecho y leyendo el poema entiendo por qué. Un besazo compañero.

    ResponderEliminar
  2. Un buen poema el de Rafael Soler, gracias por compartírnoslo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Nunca fallas, amiga. Lástima que yo no pueda ser tan constante.
    Gracias y un beso!!

    ResponderEliminar
  4. Gracias a ti, Jesús, por venir y leer.
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  5. Pue sno te pierdas los libros (ambos dos, como dicen en mi pueblo)
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  6. Veo que Rafael Soler merece la pena, gracias por presentárnoslo.
    Un saludo José Luis,
    Cristina

    ResponderEliminar
  7. Un placer poder descubrirte nuevas letras, Cristina.
    Siempre bienvenida a este rincón.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar