Pasado.
El viento ha llevado las palabras entre las rendijas de los dedos. Desaparece como arena infantil sin castillos derruídos, sin agua cimentada, sin horizonte.
Alguien escribe acerca del solipsismo y del parnasianismo. La última copa certifica los conceptos y algo más. Alguien certifica la escritura detrás de las copas, por encima de las sábanas, cabalgando el unicornio de la dualidad unitaria (dos que fueron uno, diría más tarde)
Marlowe no existe. Ni su materia de la que estaban hechos los sueños. Pero esos instantes retumban en la soledad de la madrugada de esta ciudad vacía donde todos duermen y pocos sueñan, en las copas de los árboles que vigilan los cementerios cercanos, en los aleros sin gárgolas y en los nidos sin pájaros.
Al final de la recta, el recuerdo de una voz y un gemido.
Después, la negrura del presente y un nuevo piercing en la sístole inmediata.
tantisimo tiempo!!!!de mi parte,tambien,estuve en las redes sociales, no me interesaron,las probé,y perdí tiempo y espacio...
ResponderEliminarcuanta melancolía he leído acá!!!!precioso,precioso!gracias
un abrazo enorme,gracias por pasar!
lidia-la escriba
Gracias a tí, amiga!
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