viernes, septiembre 14, 2012

Intrascendencias

Pasado.

Nada de lo escrito fue entendido.

Las palabras se consideraron un ataque, una invasión al libre albedrío, un correctivo segmentado que nunca quiso pertenecer a lo insólito.

Y no fue así.

Había algo más que un borrón entre líneas, algo más que una breve mancha surgida del griterío de los pocos días o de la transpiración de un momento cualquiera.
Se situaba en un lugar que no era el suyo para intentar enlazar una letras incomprendidas y borrosas antes de dar media vuelta y despejar el camino, antes de no doler más de lo que ya dolía.
Vivir era un pequeño recinto de habladurías y contrabandos en la calle estrecha, donde lo más amado fue lo imposible, lo incierto.
Y lo irreal, lo más buscado.

Nada fue escrito si no había un retal de noche envolviendo los ojos y unos dedos torpes apabullando las letras. Y las frases fueron verdades aunque no se las creyesen.

Nada de lo escrito y enviado fue entendido: ni los sentimientos que se desparramaban entre las líneas imaginarias, ni las circunstancias, ni los pronombres.

Se dijo que el tiempo se detuvo y lo que ocurrió es que se pudo vivir unos instantes más, pero poco más, porque las expectativas crecieron como álamos inmensos.

No se ha entendido nada excepto la música de una noche más sobreviviendo al alcohol y a las llantas quemando el asfalto.

La madrugada abraza la fe perdida.
Como la brisa.

         
                    Como la brisa

                    Todo esto pasará, como la brisa
                    va borrando las dunas por la playa.
                    No quedará de mí ni esta  brevísima
                    tristeza en la que envuelvo mis palabras.

                    ¿Pero. acaso. no vine para esto?

                    (Entristecido, voy cerrando mi vieja
                    estilográfica).

                                        Rafael Montesinos

6 comentarios:

  1. Las palabras, cuando solo acompañan a palabras y no a hechos se convierten en artistas dramaticas de un teatro vacio

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  2. Una frase excelente, querido anónimo, esa definición de "artistas dramáticas en el teatro vacío".
    La palabra: para el que la escribe. El hecho: para el que se lo trabaja. Ni tienen porqué estar cerca o porqué estar lejos la una del otro.
    Cuestión de matices, me imagino.
    Gracias por la visita y el comentario.

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  3. La subjetividad gana.
    Matices para el que los utilice.
    La palabra: Para quienes solo sueñan en un mundo paralelo.
    El hecho: Para quienes "hacen" por vivir sus sueños en el mundo que ellos mismos quieran crear.

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  4. Leer entre lineas es todo un arte y a veces solo vemos lo que queremos o necesitamos leer....Besos

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  5. Es un defecto bastante humano, querida Nina.
    Gracias por la visita y un beso!

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