MADRUGADA
EN LA CIUDAD
Consiénteme que filosofe
sobre tu pecho y empantane
tu vientre de amaneceres.
Que inunde tu mente de posos
y llene tu interna materia
de frágiles incógnitas.
Abasteciendo mi oscura soledad
por la luz de esos tibios albores.
Y, sin más rodeos,
empacharnos de lujuria
y no hacer el amor.
Hasta morir.
De Rastros perdidos
Hacer el amor sin el complemento de la lujuria es quitar la sal....Besos
ResponderEliminarSuele ocurrir cuando se tiene la tensión alta, jejeje...
EliminarGracias por la visita Nina.
Besos!