PORQUE SOY COMO TÚ
Porque soy como tú
y he sido siempre portador
de este estigma permanente.
Porque soy dolor por ello,
neurona imberbe y perversa,
página impar, candela fría.
Porque no soy como tú,
aunque sea como tú,
y mis actos fueran corrosión en el ánimo.
(Aquellos días mejores que no forjaron
estos días complicados,
trajes sin solapas ni botones
para vestir la desnudez de lo indeseable).
Porque no soy como tú,
padre,
pero fui llama de tu hoguera
y llevé tu inconsciencia en mi inconsciencia
siendo tú,
fundido en el instinto destructivo
de perder lo deseado.
Porque soy como tú,
aunque no soy tú,
lloro igual que lloras
en la incapacidad que derrota,
en los cables que nos mantienen
o en los miedos donde subsisto.
Aunque ya no soy tú,
pero fui
todo lo que hiciste de mí,
soy lo que soñaste:
orgullo, conquista y olvido,
locura insensata.
Porque soy,
padre
el resto del resto de los miedos
que te debilitaron,
la imagen de impotencia,
el desvarío…
Todo lo que quisiste y no se cumplió.
Y me he quedado en prolongación
de causa, en dibujo borroso,
vagando con tu sombra confundida,
arrastrando el dolor
de tus hipótesis y mis soluciones.
Porque soy, padre,
y continuaré siendo sin ti,
prolongaré tu presencia:
seguirás viviendo cuando ya no estés.
(Inédito)
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