lunes, diciembre 29, 2014

Letras propias: Correspondencia ordinaria (3)

                                                                   Fotografía: Soledad Nieto



Ocupar el espacio donde no habita la luz,
en el eje de lo callado y la despedida,
donde el oxígeno quema el tabaco.

Pisar lo que ya no conduce a lo referente,
al hecho motor, a la inercia del vuelo
partido en dos por el horizonte.

Sólo el acto convive con la variable:
incógnita de futuro hecho olvido
por la llama que no quiso prender.

Arder donde sólo arden las fotografías
diluidas entre nubes, alcohol, desconsuelo
y un cuídate agonizando en la percepción.

Ocupar con o sin lo nunca mismo
para recitar el dolor en aquelarre
pensando porqué los sueños nunca se cumplen.


viernes, diciembre 19, 2014

Letras propias: Un tiempo de adiós



Según la teoría
todo el recuerdo debe tender al olvido.

Pero esta excepción que me ahoga
no fluye al sitio deseado
y se embalsa, remansándose,
en el valle de mis momentos.

Un gesto, una esquina, un olor,
una silueta, una tortuga de miga de pan…

Según mi teoría
mi intento de olvido tiende al recuerdo.

                                 De Un tiempo de adiós (Vitruvio 2008)


martes, diciembre 09, 2014

Letras propias: Correspondencia ordinaria 2



Un junio cualquiera
vino a hurgar en mi basura.

Un carro.
Un gancho.
Un exceso de carencias y unas manos heridas
rebuscando entre despojos.

Se llevó todo lo útil que desprecié:
la lata del corazón,
los cristales rotos de las ilusiones,
el llanto arrojado,
los labios tiznados por tantos carmines,
la calva de los cincuenta,
la lengua insensible y la imaginación anestesiada,
la poca dignidad,
los pedazos de los poemas
y el vacío de la matriz de donde surgí.

Cosas de poco uso.

Ahora,
por si regresa,
he vuelto a llenar el cubo de restos
tan inútiles que no se pueden ni enumerar:
disculpas perecederas,

Y espero, escondido detrás de la cortina,
al momento en el que aparezca,
cargue el carro,
de media vuelta y se marche
con el gancho sobre su hombro.

Como si fuera una guadaña asesina
desde la que cuelgan el resto
de los sueños
que tiré en el cubo de mi basura.

miércoles, diciembre 03, 2014

Letras propias: Correspondencia ordinaria 1



                                                                 1

No he hecho nada para perder
esa breve parcela de tu pensamiento.

He nacido lejos.

He jugado entre sonrisas.

He culpado al polvo de mis sollozos.

He bebido.

Con un poeta de ingeniería canté.

He vivido.

Nada.

Cuando he asomado mis ojos a tu abismo
las puntas de tus olas salpicaron mi rostro.

He encallado mi carne
en tus retornos.

He ofrecido las gotas de mi piel rajada
a la copa de tus profundidades.

He añorado tu mortecino ritmo.

He flotado sobre tí.

Puede que haya mentido sobre tu grandeza,
menospreciando tu mano de muerte
mientras hacías zozobrar almas y lluvias.

He paseado poco por el horizonte de tu fin.

Nunca acaricié un cuerpo en tu presencia.

Pensándote, la distancia del recuerdo es
ese primer fotograma dormido
que ninguna sala estrenó.

No hice nada para estar cerca de tí.

Desde la impotencia he visto caer los días
como si fueran gaviotas de tu cielo.

No he hecho nada más que imaginarte.

Aquí, en el centro de mi presencia,
sueño lo irreal de tu sueño
mientras vivo culpando al polvo de mis sollozos.

Te siento llamar a mi puerta
cuando tu agua viajera empapa
las ropas que me visten.

Miércoles, once de enero.

Una hora menos en Canarias.