lunes, diciembre 29, 2014

Letras propias: Correspondencia ordinaria (3)

                                                                   Fotografía: Soledad Nieto



Ocupar el espacio donde no habita la luz,
en el eje de lo callado y la despedida,
donde el oxígeno quema el tabaco.

Pisar lo que ya no conduce a lo referente,
al hecho motor, a la inercia del vuelo
partido en dos por el horizonte.

Sólo el acto convive con la variable:
incógnita de futuro hecho olvido
por la llama que no quiso prender.

Arder donde sólo arden las fotografías
diluidas entre nubes, alcohol, desconsuelo
y un cuídate agonizando en la percepción.

Ocupar con o sin lo nunca mismo
para recitar el dolor en aquelarre
pensando porqué los sueños nunca se cumplen.


2 comentarios:

  1. Gran texto de una serie con mucho potencial que espero que florezca en poemario...
    Aunque sospecho que en ocasiones la luz brilla donde habita el olvido.
    Besos

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  2. La luz nunca ha de brillar donde habite el olvido. es una cuestión de salud mental, dijo el filósofo.
    Gracias por el comentario y por los deseos: un nuevo poemario está próximo, sí. Quién sabe cuándo!

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