sábado, mayo 02, 2020
Nonsenses XVII
Apareces, otra vez aquí,
noche.
Él te observa, la nieve sobre el alma,
a través del mundo de sus vidrios
hipermétropes, nubosos, vacíos.
Hace un instante -si los instantes
pueden llegar a tener extensión-
un golpe de mar le llevó a quebrar
otra luna varada en la insistencia.
Chacales le aúllan entre tanto tránsito,
gritan la geometría del paisaje
y las aristas de todos los libros
que los hombres no leen por pereza.
Apareces cuando te observa, ciego.
Cuando sólo el sigilo te acompaña
y se refugia entre pagarés sin saldo.
A su manera intenta pensar qué hizo,
qué delito cometió contra qué,
ahora que le juzgas con el olvido
y apareces con el desprendimiento
de lo que se abandona y siempre vuelve.
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