lunes, junio 29, 2009

El cenicero azul, el mechero rojo, el bolígrafo negro..Todos esos amigos de colores que se repiten como un tañido de muerte, día a día.
De muerte, de muerte…Joe Gideon, el alter-ego de Bob Fosse en la maravillosa “All that jazz”, hace un panegírico de la Dama Negra y divide su encuentro en cinco estados: cólera, negación, pacto, depresión y aceptación. Piensa cual de los cinco es el más importante y, si acierta, tendrá premio. ¡Ding, dong!: una bonita muñeca chochona de anti-materia para viajar acompañado en el último transiberiano.
Delira. La marea de la fiebre sube y baja en las playas de sus sienes. Mañana será martes y volverá a embestir a los molinos de viento que le amenazan en sus barbechos. Sancho ha huido hacia la tierra de los pictos y la única mancha que existe es ese pequeño borrón que ensombrece el futuro apocalíptico.

../..”Recordar lo que ha pasado
y no saber qué pasará.” ../..
Tontxu

Ligera resaca y sutil dolor de cabeza. Una bocanada de tos y una neblina cercana a modo de nicotina volante. A estas horas toca trascripción, censura y adecentamiento de vocablos anteriormente escritos. No hay prisa. Nada espera al otro lado del espejo, al otro lado de sí mismo: se puede apurar todo el tiempo del mundo que a nadie le importa y, si acaso importara, la guerra por consecución está muy mal vista y toda la opinión pública iría contra la OTAN local.
No, no hay prisa.

../..”Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.”
Jaime Gil de Biedma

Porque todo tiene su dulce ritmo, su mefistofélico compás, nada compagina tanto el vacío con los susurros como una ausencia semanal. Joe Gideon entona la canción del final, los dormidos acordes que entornan las pestañas de los ojos acuosos. Duermen los aleros de los edificios y la noche arropa con tacto maternal la imagen inventada de unas pupilas oscuras.
No hay que dejar que el frío adormezca los corazones ni que la lluvia empape los pensamientos: todo queda lejos. Demasiado lejos.

“De tu vida sólo me diste un instante. Tengo la certeza de que, pese al pasado y pese al futuro, en el latido eterno de ese único instante de nuestras vidas, me amas”
Jeremy Irons en “La Caja China”

../..”En aquellas imágenes reconocer
la esencia de la fugacidad.
Y a su paso
el silencio
todo colmándolo.”
José Luis Jover

lunes, junio 22, 2009

Aunque el vaso está frío cree que sus manos no lo notan (lo confiesa: esta noche, martes perenne de Abril -siglo XX cambalache- está bebiendo un pequeño arroyo de olvido). Vuelve a tener ese tacto gélido del cual gozan sus palmas en las alternativas climatológicas. Puede que sean las secuelas de este día lluvioso, fresco y traicionero; las consistencias acumuladas de la frivolidad pasajera de la que aparenta gozar en el discurrir de la monotonía. Puede que sea la impresión, aún duradera, de ese frenazo inoportuno, bajo el aguacero, que le ha hecho derrapar más de diez metros y acabar empotrado sobre el maletero de un simpático taxista, en una imagen trágica–cómica de sorpresa y decepción. Afortunadamente para el taxista y para su integridad no ha habido que lamentar daños materiales: de una manera increíble se han salvado las chapas de ambos vehículos. Aunque debe reconocer que su carrocería personal ha quedado un poco más tocada: no está acostumbrado a los planchazos contra los maleteros de los automóviles. Pero eso es otra historia.

“El dolor verdadero no hace ruido
deja un susurro como el de las hojas
del álamo mecidas por el viento,”. /..
Claudio Rodríguez

Hacía tiempo que el día no se tornaba plateado y, con la belleza de los cristales ahumados por las nubes, se ha dejado llevar en la última hora del atardecer por los derroteros del capricho de la máquina. No importa la lluvia (a fin de cuentas va y viene según sea el antojo de las nubes), sólo esa sensación de soledad que le empapa más aún que el transitorio chaparrón. No hay gabardina que evite las torrenteras interiores.

../.. “Y era libre
sólo para decidir lo que no importa.”
Carlos Barral

Luz y taquígrafos. Transparencia. Claridad para los sentimientos y, a pesar de que no hay quórum, votación unánime para repudiar lo inaceptable. Soñar en mentiras. Mentiras bastardas que maquillan con colores de furcia las excusas más comunes; tanteo de postores, chamarileros tramposos que nunca dejan ganar. El neón azul del horizonte, la luz amarillenta de las ventanas lascivas, la terquedad vestida con ropa interior…. Escepticismo.
Censurar y edulcorar tienen el mismo sufijo. Primera terminación verbal. Presente de indicativo. Es bastante indicativo que el presente camina ante los ojos a tirones. Como un automóvil al que le falla el carburador, camina renqueante entre las veredas del ahora y se detiene con la mirada cansina introduciéndose entre las sábanas de los prostíbulos perdidos fuera del asfalto de las carreteras.

../.. “Perdonadme que hoy sienta pena y la diga.
No me culpéis. Ha sido
la vuelta del otoño.”
Rafael Alberti

../..”lo último de anoche. Dije:
la noche me ha olvidado
y se ha muerto el silencio.”
Boris Lubernieff

jueves, junio 18, 2009

..”no me ames por lo que fui, ni por lo que soy, ni tampoco por lo que seré; ámame únicamente por lo que no fui, por lo que no soy, por lo que no seré nunca.”
Pedro Casariego Córdoba


“Entonces, llegaron ellos…”
J. M. Serrat

Entonces llegaron ellos y enmudecieron sus palabras, maniataron sus labios y cortaron su sangre fría en pequeños pétalos de rosas. Llegaron ellos sin la sorpresa de la llegada porque vivían allí donde siempre la miseria hace sentirse miserable. Recitaban palabras curiosas con significados inocuos: loma, radio, touché, victoria, cerveza, regalo, huida, espera, laberinto, triángulo, zumo, muchedumbre, desesperación, ruta, cárcel, plasma, descampado, plenilunio, cuaderno, poesía, esdrújula, puerta, camino, destrozo, invento, futuro, palabra…..
Hacia él, la dirección de los desastres refractarios. Nada que oponer al suave roce de las estrellas circenses ni a los arañazos acuchilladores de la luz a través de los agujeros de las persianas: embestida ciega hacia el capote negro.

Puede aprender a no dar a las cosas más importancia de la que tienen, a reunir trocitos de desventuras azucarados sin tener que formar, obligatoriamente, una antología de dolor prologada por el catedrático de las lágrimas. Puede aprender a esconder los ojos tras las palmas de las manos, a morder su lengua, a olvidar. Podría aprender y así, de esta manera tan sencilla, aprobar la asignatura más larga de su vida: teoría del destino.
Pero no le apetece en absoluto. Día a día llegan ellos y enmudecen sus palabras, maniatan sus labios y sirven en su whisky los cubitos de hielo de su sangre. Su pregunta es siempre la misma y él….¡no se siente con fuerzas para dar más respuestas!

../..”yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan solo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento…”
Ángel González

Ha roto el último papel escrito y ha guardado los pedacitos en el interior de un paquete de tabaco vacío. Luego lo ha tirado al cubo de la basura esperando que, durante su trayecto o hasta su final, encuentre algún naufrago que sienta necesidad de reconstruir el mensaje y, después, le conteste.
Así son las palabras. Mensajeros sin destino cuando el destino no quiere disponer de ellas, pequeñas pestañas que caen sobre el papel en blanco y que se apartan con un gesto de desidia y desdén, párrafos apoyados en el horizonte del mar en un mar sin horizonte, ecos erráticos que acaban en vida…¡nada!

../..”No, no puede el corazón deshacer la trenza de un recuerdo y
decir sólo una palabra: “sucedió”.”
Manuel Álvarez Ortega

lunes, junio 15, 2009

../..”Deje ya de retorcerse el bigote, señor Darling. Peter Pan no es más que un nombre, un nombre más para pronunciar a solas, con voz queda, en la habitación a oscuras. Deje ya de retorcerse el bigote, todo quedará en unas lágrimas, en un sollozo apagado por la noche: todo está en orden, señor Darling.”
Leopoldo María Panero

Anoche procuró evadirse de esta cárcel real y tomar el expreso de medianoche, viajar hasta Antananarivo y, desde allí, coger algún vehículo con dirección a Andranomaitso para perderse en los verdes bosques que lindan con el mar.
En los caminos de los sueños Madagascar está más lejos que unos cientos de kilómetros pero más cerca que la eterna presencia ausente de lo inalcanzable.

“Pues bien, como decía, viví el amor a golpes
de luz desenterrada. Creciendo a sacudidas
luché contra lo espeso de una tristeza informe.” ../..
Gabriel Celaya

Es difícil describir la sensación de abandono, la lóbrega humedad de las catacumbas del alma dolida. Es difícil protestar a lo incontestable, tener fe en la necesidad de la reciprocidad de los límites, preguntar por la medida de lo inconmensurable. No hay sueño. El cansancio coquetea con el insomnio: farsante y trilero, señala el cubilete equivocado que enseña la nada al levantarlo. La nueva unión promete futuras acritudes, nuevas necesidades legisladas en los códigos de la banalidad.
Supliquemos: somos la generación de los desarraigados y nunca llegaremos a reinar en el país de las esperanzas, paseamos por las riberas de la ensoñación mojándonos los pies a cada paso y lanzamos piedras a la zona más profunda de las aguas que nos reflejan. No hay sueño. Suplicamos para vivir y la recompensa es siempre la misma: la noche creada para vagar en el cansancio de lo esperado. Quizá el mañana nos sonría, nos bese en la boca (como decía Serrat) y nos haga vestir de chaqué antes de abandonar la esquina del paraíso, fumar un cigarrillo y volver hacia el café de Rick donde el viejo piano de Sam seguirá tocando las canciones de siempre. No hay sueño. Las piernas corredoras del reloj han girado varias veces después de las doce y, a estas alturas, el cansancio hace el amor con el insomnio.
Él sólo sabe extender los brazos y abarcar el espacio. Porque la noche es suya y hace tiempo que la marcó con el hierro del reencuentro.

../..”Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza, y no sabemos de dónde
Viene la tristeza.”../..
Dámaso Alonso

lunes, junio 08, 2009

Improvisaciones en un diario

../..”Sabe que le resulta necesario
aprender a vivir en otra edad,
en otro amor,
en otro tiempo.

Tiempo de habitaciones separadas.”
Luis García Montero

Sabe que este río no lleva a ningún mar pero navega por él sin tratar de alcanzar alguna orilla. Trata de acostumbrarse a demasiadas cosas pero es incapaz de digerirlas todas: siempre hay una proposición dispuesta a atacar al enemigo de uno mismo que es uno mismo.
Tamborileando los dedos sobre las teclas del majestuoso piano, Grieg suena a bosque, arroyo y presencia. Intenta escudriñar qué hace con su mente el Scherzo, Opus 54, nº 5 interpretado por el colosal Pletnev, en ese momento de escritura y pensamiento. Mientras escucha, el yogurt griego que dejó caer en su estómago durante la cena prefiere marcarse un twist contra las paredes del mismo: ¡simpático mamón!
No hay signos, ni formas. Ninguna señal se asoma a las estrellas en forma de fugacidad. Ni tan siquiera queda el aliento ni el empuje: el ánimo para el continuo esfuerzo, la palabra viva para la muerta esperanza. Sabe que este río no lleva a ningún mar pero desearía ahogarse en sus aguas para pertenecer a él y dormir en sus brazos para no temerle.

../..”Un sueño, como un espejo, es el engaño,
la trampa tendida ante las arenas más finas,
junto a las aguas más azules, tristes
como el ritual del peregrino.” ../..
Marcos R. Barnatán

*PD a una despedida:

Dice la cláusula decimotercera de una disposición transitoria que nada hay igual a la ensoñación que producen unas muecas peregrinas, unos guiños cómplices, un rictus alegre. Pero ninguna ley exige que no se mire, que no se sonría junto a alguien hasta doblar las arrugas de los ojos, que las palabras que surcaron el espacio no permanezcan ingrávidas por el vacío.
El tiempo se desvanece y no sabe si será demasiado evidente ese permanecer sentado, observando callado, donde el segundero no se detiene, donde la partida está tan cercana como el próximo reojo hacia el olvido.
Fuera de aquí los columpios incitan al pecado de ser niño y seguro que alguien los recuerda con cara golosa, hambrienta de sol y juegos. No hay que equivocarse: su mejor instante está por venir. Y todo será muy distinto.
Cuando él se haya marchado.

miércoles, junio 03, 2009

Improvisaciones en un diario

“Yesterday, love was such an easy game to play
now I need a place to hide away
oh, I believe in yesterday.”
The Beatles



Entre mesa y mesa un limpio cristal para observar al vecino, al paisaje. A su derecha, la cara gorda de Evaristo le deleita con su estupidez supina. A la izquierda, una panorámica de dieciséis mesas más, tapada por una cortina en forma de papel de folio para evitar ver el feo rostro de sus colegas. Tres cajones, un teléfono y un pequeño espacio para ocultar la mirada ante la evidencia.
Más allá de la cristalera el día es radiante y el sol relumbra en los dinteles blancos del número 58 de la calle H. La actividad repiquetea por las paredes, la centralita no enmudece y, al levantar los ojos, un puñado de fluorescentes le saludan tras sus embellecedores. Alguien golpea el cajón de un archivador, se oyen blasfemias en eritreo porque el teclado no funciona y el programa de los seguros de rentas está demasiado colgado para atender al personal que se sienta impaciente esperando una respuesta.
Manuel bromea, Javier pregunta no sé qué acerca de una póliza, Evaristo se ha fugado con una cabaretera bonaerense (¡eso quisiera!) y él mata el intervalo de una imagen con frases vacías y descripciones someras. El día es radiante y los dinteles de las ventanas amplían su sonrisa mirándole fijamente. Y, con esta angustia que anuda su garganta, no puede corresponder a sus sonrisas: suele ser un tipo muy insociable.


“He’s a real nowhere man
sitting in his nowhere land
making all his nowhere plans
for nobody.”
The Beatles

lunes, junio 01, 2009

“ Me siento raro y extraño. Como una palmera en Noruega, como una bufanda sin flecos, como un venusiano en Massachussets, como un dragón que tu no hubieras dibujado.”
Luis Felipe Muñoz

Llorar en la noche con la desesperanza del vacío y pedir a las estrellas fugaces que los deseos nos conviertan en mitológicos fantasmas. Arrastrar nuestras cadenas grises por la vida gris, arañando el mármol de los corredores y las estancias con la huella indeleble del desencanto. Nunca, nunca se está tan cerca de la felicidad como para abrazarla, no existe alquimia mágica que haga cambiar los pareceres y las ideas.

“Siento que ese tiempo que se fue
no ha sido nunca nuestro”../..
L. E. Aute


Descifrar un nombre, una ecuación. Matemáticamente el amor es el teorema más indeterminado que los sabios pueden enunciar al vuelo de un paréntesis. Teorías en trasparencias reflejadas sobre las blancas pizarras, largas fórmulas sin solución elevadas a una estúpida potencia. Lejanía y ausencia citadas en los amaneceres, palabras huecas y miradas sin consecuencia.

“Que el pensamiento no puede tomar asiento.
Que el pensamiento es estar siempre de paso, de paso”../..
L. E. Aute


No necesitar mucho más de quince minutos de una locura para acostalar sobre el lomo los sacos de la alegría. Y despertar a la realidad para que el alba nos descubra la crudeza de los hechos, del presente. Nunca habrá futuro.

“Es más fácil encontrar
rosas en el mar”../..
L. E. Aute


Del alud de consecuencias, una moral hecha jirones, rasgaduras sanguinolentas de clamores afónicos. Días rotos sin el capricho de la presencia imposible, sin el andar pausado de las solitarias figuras que prestan su silueta a la frontera del horizonte. Homeopáticamente, un clavel rojo prendido de la solapa de la querencia. Medularmente, un crisantemo apagado que duerme sobre la losa del perenne descanso. Amén.

“Si alguien lo es todo, nada sobrevive a su ausencia. Es una ley que tiene expresión matemática donde el sustraendo es la causa que hace moverse al minuendo del corazón. La tristeza fermenta en los labios de los olvidados y en su espera más larga perdura para siempre el amargo sabor del tiempo ignorado que jamás nos será restituido.”
Luis Felipe Muñoz

Apóstrofes y pleitesías, plenas lluvias aladas de envidias contrarias. Apóstoles de los desvaríos, las palabras predican toda su magia hacia la imagen que absorbe las miradas, escondiéndose en el pequeño joyero musical que guarda la imposible mueca rompiendo el espejo de la rutina. No luchar más, no sufrir más. Saturación de situaciones ofreciendo no-recompensa. No luchar más. Hundirnos en esta apatía que anega los instantes para esconder la cara a la realidad – amarga pintura en acuarela aguada – y olvidar, olvidar, olvidar….

“A ti, mi adolescencia
que vuelves en la distancia. Recordándote”

L. E Aute