../..”Deje ya de retorcerse el bigote, señor Darling. Peter Pan no es más que un nombre, un nombre más para pronunciar a solas, con voz queda, en la habitación a oscuras. Deje ya de retorcerse el bigote, todo quedará en unas lágrimas, en un sollozo apagado por la noche: todo está en orden, señor Darling.”
Leopoldo María Panero
Anoche procuró evadirse de esta cárcel real y tomar el expreso de medianoche, viajar hasta Antananarivo y, desde allí, coger algún vehículo con dirección a Andranomaitso para perderse en los verdes bosques que lindan con el mar.
En los caminos de los sueños Madagascar está más lejos que unos cientos de kilómetros pero más cerca que la eterna presencia ausente de lo inalcanzable.
“Pues bien, como decía, viví el amor a golpes
de luz desenterrada. Creciendo a sacudidas
luché contra lo espeso de una tristeza informe.” ../..
Gabriel Celaya
Es difícil describir la sensación de abandono, la lóbrega humedad de las catacumbas del alma dolida. Es difícil protestar a lo incontestable, tener fe en la necesidad de la reciprocidad de los límites, preguntar por la medida de lo inconmensurable. No hay sueño. El cansancio coquetea con el insomnio: farsante y trilero, señala el cubilete equivocado que enseña la nada al levantarlo. La nueva unión promete futuras acritudes, nuevas necesidades legisladas en los códigos de la banalidad.
Supliquemos: somos la generación de los desarraigados y nunca llegaremos a reinar en el país de las esperanzas, paseamos por las riberas de la ensoñación mojándonos los pies a cada paso y lanzamos piedras a la zona más profunda de las aguas que nos reflejan. No hay sueño. Suplicamos para vivir y la recompensa es siempre la misma: la noche creada para vagar en el cansancio de lo esperado. Quizá el mañana nos sonría, nos bese en la boca (como decía Serrat) y nos haga vestir de chaqué antes de abandonar la esquina del paraíso, fumar un cigarrillo y volver hacia el café de Rick donde el viejo piano de Sam seguirá tocando las canciones de siempre. No hay sueño. Las piernas corredoras del reloj han girado varias veces después de las doce y, a estas alturas, el cansancio hace el amor con el insomnio.
Él sólo sabe extender los brazos y abarcar el espacio. Porque la noche es suya y hace tiempo que la marcó con el hierro del reencuentro.
../..”Pero sé que la tristeza es gris y fluye.
Porque sólo fluye en el mundo la tristeza.
Todo lo que fluye es lágrimas.
Todo lo que fluye es tristeza, y no sabemos de dónde
Viene la tristeza.”../..
Dámaso Alonso
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