martes, septiembre 22, 2009

Pasado.

../..”Tengo la penumbra para pensar en ti. Sólo he de cerrar los ojos para que tu mirada me queme por dentro y tu sonrisa congele mi pensamiento.
No necesito buscarte: los sueños vendrán solos, de la mano de la pena, filtrándose en mi ánimo como nubes de mágico poder.
Yo sé que la esperanza es hija de los sueños. Lo sé. La desilusión de la realidad. Y mi tristeza es el fruto de mi pobreza, de la pobreza del amor.
El amor se lo lleva el viento pero el recuerdo permanece, clava sus raíces en el presente que sólo la muerte o el tiempo lograrán destruir.
¿La muerte? : yo llevo la muerte dentro. Y la vida, que es un suspiro ante lo eterno; el despojo del infinito.
Pero tú me esperas en el día nuevo. Y yo sé que amanecerá.”.../..
Luis Felipe Muñoz


No le apetece continuar. Esta última llamada, en la que ha balbuceado algo a un cliente acerca de las bondades comerciales del último producto, ha acabado con las escasas fuerzas que aún mantenía. Frente a él, los becarios discuten acerca de la definición de conceptos extraños en catálogos variopintos. ¡Qué hastío!
Se propone perderse durante un buen rato por las autopistas del ordenador cotilleando documentos y programas mientras en el entorno Gilbert canta “Alone again”.
Algún día, cuando sea mayor, recordará su vida como un conjunto de anécdotas sin gracia ni chiste. Hoy sucumbe: de los tréboles que han caído entre sus manos ninguno tiene cuatro hojas.


../..”No vale el grito, no la culpa ajena,
vale el otoño, vale el lento
declinar de las hojas,..”.../..
Ángel Crespo



¡Qué extraño! Se he levantado de la silla y ha comenzado a dar pasos irregulares por la habitación. Las manos en la cintura (no, no es la antigua canción de Adamo), el poco pelo desordenado y un repetir un estribillo a la luz del flexo, que empalidece los neuróticos rasgos, mientras echa un vistazo a la rendija de la contraventana. Se vuelve a sentar y escribe, escribe, escribe…Cree reconocer a Andy Williams cantando “A summer place” (todo es muy retro). Sí, eso es...un lugar de verano, una pequeña parcela donde nadie importune el sabor de sus pensamientos, la playa más escondida donde construir sus castillos de arena hechos a paletadas de ilusión, lejos de las olas que los disuelvan como azucarillos en las tazas de te de las hadas caprichosas. Sí, eso es…la cabaña más lujosa que asemejase a Versalles, el destino más dichoso, la buenaventura más placentera, el pedacito de eco de aquellas palabras, un tatuaje en el corazón y un piercing en el pensamiento. Eso, eso es….

2 comentarios:

  1. Todos tenemos tréboles de cuatro hojas, pero a veces nos cuesta recordar que los tenemos. Siempre amanece.

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  2. Todos creemos tener un trébol de cuatro hojas, pero la realidad es que luego se convierte en perejil, hierba seca o flor marchita. Lo bueno: hasta una flor seca puede ser preciosa.
    Feliz amanecer, pues.

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