viernes, diciembre 11, 2009

Pasado.

18.00 horas. Un momento memorable para recordar a San Nicodemo de Tiatira, patrón de los calvos. En breves instantes un mensaje volará por las ondas invisibles que conviven en nuestro entorno. Destino: unos pensamientos oscuros.

.../...Que importa que la vida
nos derrote en apenas
treinta y cinco segundos."
Rodolfo Serrano

No sabe si estar disponible para repetir más esas frases. Ni siquiera para morder un pequeño bocado de angustia. Se niega a correr, a rodar calle abajo tras el rastro de un momento de gloria negado anteriormente, a girar rocambolescamente entre escorzos de dolor y calambres mentales, a perseguir un bucle de nicotina que fantasmea sobre los andamios: ¡siempre el miedo a que las cosas no vuelvan a existir!
La gente, el hacinamiento, puede ayudar. Un saludo, dos pisotones, tres juramentos y un número infinito de ideas absurdas hacen del circuito urbano la competición más fiera, el tour de las dificultades. “En noches como ésta yo también la quise” le confiesa Neruda al oído. Y le mira de refilón para que asienta con su cabeza y brinden por todo aquello que no está, por todo aquello que se ha ido y que no sabe si llegará a descansar en el fondo del río de su vida o se marcará en su alma con el hierro candente de la cobardía.

..”y yo no quería tal vez que esto que está pasando hubiera
pasado nunca.”
Almudena Guzmán

2 comentarios:

  1. .... pero de verdad pasó lo que pensamos que pasó?

    Mi enhorabuena por tu hijo Mario, llegarán más noches en vela, pero es hermoso y lo más gratificante velar, cuidar, ver crecer lo que, sin duda, es lo más nuestro.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Y, además, es un bendito que sólo come y duerme (aunque los despertares a deshoras son matadores)
    Muchas gracias por tus palabras, siempre hondas y cuidadas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar