jueves, junio 17, 2010

Pasado.

Vuelve a comenzar el giro de la rueda hinchada con paradigmas. Hacer canciones con nombre de mujer atempera las luces neuronales de los últimos creativos. Todo tiene su nombre y su forma excepto la forma del nombre que nunca se escribe por miedo (sinónimo de temer y antónimo de realidad) a la maduración de las metáforas recitadas. La forma de las canciones con nombre de mujer es curva como el arco tenso de un cazador de corazones. Y la alegría pegadiza de los anexos, un canto a los próximos días de distracción, ocio y desenfreno: aristocráticamente formal.
Y uno no es más que una compañía subversiva y triste.
Dos de Febrero: San Fortunato, patrón de los nicotínicos.

../..”Era bueno estar vivo, al menos un rato más, en un mundo donde nadie regalaba nada; donde todo se pagaba antes, durante o después. Así que algo habré pagado, pensó. Ignoro cuánto y cuándo, pero sin duda lo hice, si ahora la vida me concede este premio. Si merezco, aunque sea por unas pocas noches, que una mujer así me mire como ella me mira.”.../..
El Capitán Alatriste - Arturo Pérez Reverte

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