Presente.
ANTE EL ESPEJO
Debería sonreír en todo instante:
el esbozo de la mueca
que precede a la burla.
Tararear estribillos con lengua de paja
adormecida cotidianamente
por el alcohol desinhibido.
Montar cada día en un enjaezado alazán
desbocado
que arrastre mis sentidos al abismo.
Pero me disculpo. Doy
la espalda al espejo y olvido mis obligaciones
de anfitrión:
necesito vivir cinco minutos.
Entre ironía y sarcasmo, no hay salida. Se me han pegado estos versos.
ResponderEliminarMás bien, realidad.
ResponderEliminarUn saludo, prolífico autor!