viernes, julio 23, 2010

Presente




















Cuando Pablo Méndez presentó Ana Frank no puede ver la luna (Ediciones Rilke), allá por el mes de Febrero, no pude asistir al acto por motivos personales. Tenía desde entonces una gran curiosidad por saber cómo era el libro de Pablo y esa curiosidad ha quedado satisfecha después de nuestra última comida y la lectura del libro.

Tiene Pablo Méndez un estilo sencillo, quieto, de pasmosa reflexión, que otorga a sus poemas una cadencia cotidiana sin orfebrería pero con hondo significado. Dividido en tres partes (Gato viudo, París estación y Pequeña estación abandonada) el libro nos demuestra a un Pablo Méndez en estado puro, apuntando a la diana con tremenda puntería: la amistad (presente y ausente), la poesía, los libros, la melancolía o la nostalgia son conceptos que el autor va desglosando con una gran sencillez y con una gran visión.

Gato viudo es un espejo desgarrador del poeta: pizcas de pesimismo con esperanza ("la vida no es nada, detrás/de cada hombre no hay nada,/si lo piensas, sólo el reloj/y el amor a la vida"), reminiscencias y agradecimientos a personas queridas, la amistad ("Adjudico a la amistad/el peso más elevado de la vida"), la poesía, la pérdida de la infancia, los recuerdos y, en varios poemas, el recuerdo de la madre muerta.

París estación es un escenario donde nuestro poeta situa a personajes relacionados con la literatura (Azorín, Neruda, Rubén Darío, Machado...) para dar un toque existencial dentro de una ciudad de ensueño y bohemia.

Pequeña estación abandonada, por último, es un muestrario de definiciones agudísimas de distintos conceptos ("niño:/lugar de donde/nadie vuelve"; "memoria:/escalera de trenes/para bajar subiendo"; "otro:/yo/para ellos")

En resumen: una excelente y refrescante lectura para este verano tan caluroso.
Os dejo un poema para rematar la entrada.


ANA FRANK NO PUEDE VER LA LUNA

Hoy, Ana Frank cumpliría ochenta años,

¿cómo será ese sueño hondo
de cumplir y cumplir
ochenta años?

quien puede bajarse
del tren de la vida y mirar caminos
ochenta años

ochenta, ahora tendidos
en el árbol viejo de la muerte,

ochenta años

yo miraré por tí los fresnos,
apagaré las velas,
celebraré la luna,
besaré a mi mujer,
este es mi regalo:
felicidades.

7 comentarios:

  1. Elocuente e interasente tu presentación, tomo nota, pero tú estás antes en la lista.

    Un beso.

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  2. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE
    DIARIO DE IMPROVISACIONES

    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DEL FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

    José
    Ramón...

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  3. Desde que conoci la vida de Ana Frank tiene un lugar especial en mi corazón....

    Besos

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  4. Gracias Paloma. La verdad es que Rastros perdidos estará publicado próximamente: ya lo comunicaré cuando suceda.
    Un beso!

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  5. Mucho, Marta. Yo creo que es el mejor libro de Pablo. Un abrazo enorme, guapísima!!

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  6. Bienvenido José Ramón! Además, eres paissano de mi querido Alejandro Céspedes (que ahora descansa por tu/su tierra)
    Paso a verte ipso-facto.
    Un saludo!

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  7. Me da que tu corazón es muy grande Nina. Estará relacionado con el blog tan hermoso que tienes.
    Besos!

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