CUADERNO
DE CONCLUSIONES (1)
Paseas entre la gente, inevitable, con la voz
opaca en las contestaciones y adoptando el cinismo que siempre reprochaste. Caen
a plomo los acontecimientos como lunas de hormigón inacabadas e intentas que el
viento despeje la nebulosa que oculta tus días desde los últimos hechos.
Ya no vibras con los sueños. Y los versos que
antes rectificabas son cadenas rotas que se han arrinconado en una buhardilla.
No sabes lo que habrá de llegar pero sí
conoces lo pasado.
Suficiente.
Yo también fui una sonrisa viajera que llenó
de caricias algunas noches de verano, en algún pueblo, mientras escribía deseos
en los amaneceres y paseaba bajo las constelaciones diseñando nuevas
coreografías en el baile de la vida.
También busqué de rodillas una respuesta y
observé, silencioso, la lenta cadencia de la indecisión que partía el pecho
como un estoque certero, la huida hacia quién sabe dónde, la injusticia de la
incomunicación, el final de los cantos del gallo, la magia de los ascensores
vista con los ojos de una niña…¡y tantas preguntas sin responder que luego el
tiempo aclaró!
Pero eso fue hace mucho. Mucho antes de las
palabras de rencor que salieron de unos labios (sólo cinco minutos) que no reconocí.
O no hace tanto y parece que fue otra
existencia.
Lo ignorado, a veces, abrasa el límite del
entendimiento y hace que respiremos con dificultad, que lloremos sin motivo,
que no podamos articular palabra ante los preocupados.
Ahora, de vez en cuando, una mujer extranjera
habla de su casa de papel, de jardines y hojas, de mariposas y retratos, de
días de sol y lluvia en paisajes campesinos, de soledad. Y sus letras acompañan
esta tristeza que ocupa los días como un lago sin horizonte.
Yo también soy, como tú, una voz opaca en las
contestaciones y paseo entre la gente con el cinismo que reprochaste; y mis
acontecimientos caen a plomo, como lunas de hormigón, sin saber muy bien
porqué.
No sabes lo que habrá de llegar.
Yo sólo puedo ofrecerte estas líneas de
consuelo.
O mi mano.
O un paseo sobre mis letras.
Muy buena metáfora esas lunas de hormigón...
ResponderEliminarPueden derramarse sin previo aviso -haz caso a la experiencia- pero, cuando se marchan y amanece, ni siquiera la verdad derrite la magia que se esconde en los ascensores: menos mal que existes y tus letras son consuelo infalible para insomnes; Si no fuese ilegal agradecerlo...
¡Gran comienzo para estas conclusiones!
Al final se va a saber que mis lunas de hormigón proceden del título de tu blog (excelente, por cierto) y que la magia de los ascensores es un truco eléctrico que asombró a una niña tierna (aunque creo que ya no volverá a verlo)
EliminarExisto, pero mis letras no son consuelo alguno. Y, menos aún, infalible.
A pesar de la subjetividad, siempre agradecido por es intuición al saber qué necesita una persona en un momento determinado.
Un agradecimiento no ilegal.
Aún en la distancia sabes que te sigo...dolida por todo lo escuchado no creyendo que hubieran podido salir de una boca de labios carnosos ...futuro quién sabe lo que nos depara incierto como real...
ResponderEliminarQuerida anónima: nada se escuchó excepto lo que se "trasladó", no lo que "salió" de la boca original. Todo es moldeable, entonable y enfatizable (o no) cuando no se escucha el emisor original. Sin culpar al mensajero (nunca fue la intención hacerlo), se debería dar el beneficio de la duda a lo trasladado (por "cómo", sobre todo), y más cuando se ha conocido a dicho emisor, más cuando se sabe (¿o no se sabe?) cómo siente dicho emisor, cuya intención nunca fue atacar aquello que quería ciegamente. Sólo un borrón (reconocido) fue desafortunado y se pidieron infinitas disculpas por ello.Nunca actuó la rabia, sólo la pena. Y no volverá a ocurrir.
EliminarSólo lamento, también, que las breves e interrumpidas explicaciones no sirvieran para nada.
Y el futuro no existe. Quizás existió hace tiempo pero ahora hay que forjarlo, día a día, con los hechos cotidianos para que pase de ser incertidumbre a ser certeza. Sea la que sea y según los objetivos de cada uno.
Yo, antes, ahora y en el devenir inmediato, sólo sé juntar letras. No me queda, de momento, nada más.
Y agradecer los comentarios, después de la lectura, de los visitantes que me recompensan con sus visitas.
Por eso: gracias y un abrazo!
Entiendo que cerraste la puerta del futuro...sólo quedaran los recuerdos de lo que fue ....
EliminarSiempre interpretando lo que se quiere interpretar: nunca cambiarás, anónimo!!: "Dicen que has dicho.."
EliminarNo se cierran las puertas del futuro (ni ahora ni nunca). Pero no soy yo el que ha hablado de un futuro incierto. Y yo no quiero un futuro incierto: el futuro estará ahí cuando se "sepa" y se "quiera" con certeza que esté. Mientras tanto, no existirá salvo para las letras. Mis letras.
Y mis sentimientos (que no son mutables de la noche a la mañana) aunque quizás se prefiera (otros) que cambien.
Más gracias por comentar.
Se introduce mi pensamiento en cada letra que es intensa por si misma...Besos lejanos
ResponderEliminarSiempre palabras bellas como tú, querida Nina.
ResponderEliminarGracias y besos!!